Las presiones del rector

Miguel Ángel Guerrero Arriaga

Junio 16,  2020

Instalado en la rectoría de la UASLP mediante un método de selección maquillado con tintes democráticos el oftalmólogo Javier Alejandro Zermeño Guerra tiene como reto inmediato la aplicación del examen de admisión a los más de 13 mil inscritos que aspiran ingresar a cursar una carrera profesional a la institución, proceso que deberá manejar con pinzas pues está latente el riesgo de que entre los muchachos se generen contagios de coronavirus lo que constituiría un arranque desastroso al que se expone mientras más tiempo transcurra el tiempo y deba seguir postergándose como consecuencia de la pandemia.

Ha tenido que ser así luego del dolor de cabeza que le ha causado lo complicado que le resultaría decidir una o dos sedes para llevarlo a cabo en condiciones óptimas de salud y tener que movilizar a esos 13 mil jóvenes además de que el escenario lo viene a agravar la imposibilidad de iniciar el año escolar con clases presenciales por la amenaza del covid- 19 al igual que lo difícil y no completamente aprovechables que  constituye impartirlas en línea, retos que no deben continuar festejando su inesperado triunfo por lo que, como se vio en la designación de los nuevos directores de los planteles universitarios, ya empezó a pagar los apoyos recibidos en su ruta hacia el principal despacho del edificio central de la Universidad aunque se espera que pronto pague la factura al ex rector que empezó a animarlo a encabezar el proyecto de rebelión contra el “dedazo” que se acostumbró por largas décadas en la sucesión del rector y, desde luego, que inicie la obligada operación cicatriz entre los que participaron en la contienda por la posición que ya ocupa.

En términos académicos es evidente que no es fácil el paquete que le dejó su antecesor Manuel Fermín Villar Rubio por los altos niveles de calidad educativa que registra y por lo que la UASLP es reconocida nacional, e internacionalmente.

Así entonces, a Zermeño le urge encontrar la forma de proceder a la realización del examen de admisión por la presión que le implica el retraso y la inquietud que  genera la tardanza entre los aspirantes a ingresar en un tema que podría ser utilizado por los oportunistas de siempre para organizar movimientos de exigencia o protesta con el fin de llamar la atención o demandar una rebanada del pastel, cosas a las que tendrá que estar atento para que arranque en firme su quehacer al frente de nuestra máxima institución. 

CABOS SUELTOS

Por cierto nuestras felicitaciones al abogado Germán Pedroza Gaitán por su designación como director de la facultad de Derecho, lo mismo que a la compañera Adriana Ochoa por su arribo a la dirección de la facultad de Ciencias de la Comunicación donde seguramente hará un buen papel.