Macabra experiencia, encontré docenas de muertos vivientes

Toño Martínez

Diciembre 19, 2020

Sacudí la cabeza, me restregué los ojos con las manos, y pellizqué mi brazo izquierdo  suponiendo que estaba sufriendo una horrible pesadilla pero la escena seguía ahí y sudaba frío mientras el corazón se aceleraba al tener frente a mí a  docenas de muertos vivientes de todas las edades y tamaños.

Caminaban por las calles, saturaban las banquetas, se apiñaban frente aparadores de comercios, entraban y salían de tiendas, había en los autobuses, taxis, vehículos particulares y hacia donde volteara era lo mismo.

Los había con mechones de pelo blanco en sus brillantes cráneos   niños, hombres, mujeres, altos y pequeños que  chocaban entre si  envueltos en un extraño frenesí.

En sus carcomidos rostros dibujaban muecas macabras como si fueran sonrisas enseñando sus dientes en el hueco oscuro  de la boca; sus esqueletos conservaban vestigios de ropajes.

Se me vino a la mente que tal vez estaba siendo víctima de un recuerdo marcado sobre  películas de terror como  como «The Nigth of the Living Dead o «La Noche de los Muertos Vivientes» de  George Romero y Sam Reins que años atrás había presenciado  en el cine, pero estaba despierto, en serio.

Era claro que por alguna razón en la intrincada red neuronal dónde se guardan facultades extrasensoriales se estaba produciendo un  presagio.

Los muertos que ahora veía correspondían a personas que empujadas por la ansiedad de las fiestas de fin de año y víctimas de un aislamiento de nueve meses inundaron las calles, comercios, sin respeto alguno a las recomendaciones sanitarias para evitar contagios del COVID-19.

En un noticiero de televisión, una atractiva conductora de noticias hacia esfuerzos para enfatizar que el virus estaba en una nueva ola de contagios peor qué la primera y la gente debía quedarse en sus casas, evitar aglomeraciones y usar cubrebocas, gel desinfectante, y frecuentemente  lavado de manos.  Informaba  que los contagios habían llegado a 75.5 millones y los muertos se ubicaban en un millón 67 mil.

En el caso de México los contagios ascendían a 1,301, 545 y los fallecimientos eran  117,249 de los cuales tan solo las 24 horas anteriores se produjeron  12, 248.

Que fue lo que me ocurrió, no podría explicarlo pero visualicé lo que en un futuro inmediato es decir, las próximas semanas y meses ocurriría.

También mencionaba la joven, que la Ciudad de México, la Metrópoli más grande del mundo junto con el estado de Baja California y el de México estaban ante las más altas incidencias de contagios y decretaban el semáforo rojo es decir cierre de comercios, aislamiento de personas y suspensión de toda actividad no esencial por varias semanas.

Sobre San Luis Potosí refería  que estábamos por regresar al semáforo rojo porque la irresponsabilidad de los ciudadanos disparaba los contagios y las defunciones.

La momentánea experiencia- espero que así sea- de la premonición me asomó a una espantosa realidad próxima.

Y todo porque Miles, millones de personas no alcanzan a comprender que la pandemia es peor que cualquier película de ciencia ficción y acecha dónde quiera  por no hacer caso de cuidarnos.