Toño Martínez
Abril 24, 2019
Reforma Laboral y la Suprema Corte hicieron justicia por fin a las trabajadores domésticas.
Cuarenta y nueve años después de su creación, 23 enmiendas, 404 adiciones, modificaciones y derogaciones; y tres intentos de reestructuración a fondo desde el mandato de Felipe Calderón Hinojosa a la fecha, hoy la Ley Federal del Trabajo fue por fin transformada, más que nada por presiones internacionales que por iniciativa de legisladores, partidos y centrales obreras mexicanas.
Con ello, un sector ancestralmente marginado, explotado, humillado hasta alcanzar niveles de esclavitud, como son los Trabajadores Domésticos, adquiere por fin derechos como cualquier empleado.
Se les hizo justicia.
Ha sido común que además de abusar del empleado doméstico con cargas de trabajo excesivas y malos tratos, cuando el “patrón” o la “patrona” querían correrlos, les inventaban delitos como robos de dinero, joyas u otras cosas para evadir cualquier indemnización.
De ellos ninguna central obrera como la CTM, CROM o CROC se ocuparon; han sido el lado invisible de la fuerza laboral pues a los líderes sindicales solo les interesa representar a grupos que les dejen cuotas, que sean fácilmente manipulables para cuestiones políticas.
Así, al menos hasta ahora en papel, Las Petronilas, Domitilas, Juanas, Marías, gatas o “Chachas” o palurdas, nombres despectivos con que se les marcaba, pasan a la historia.
Fue fundamental para dignificarlas, el amparo que en Diciembre del 2018 concedió la Suprema Corte de Justicia de la Nación a una empleada de 80 años que reclamaba salarios caídos, pago de Seguro Social, aguinaldos y todos los demás derechos laborales, por haber sido despedida tras 50 años de servicio sin siquiera indemnización.
El siguiente paso, es generar acciones por parte de los tribunales laborales para que no se convierta en otra ley muerta, o liga es decir, que se pueda estirar a base de dinero o influencias en contra de los empleados de casas.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en México existen alrededor de 2 millones 480 mil, 466 empleados domésticos, de los cuales el 90% son mujeres.
Por su vulnerabilidad, las mujeres trabajadoras de hogares han sufrido crueles suplicios, tratos inhumanos, agresiones de todo tipo, violencia y estaban excluidas de derechos laborales como son Seguro Social, salario justo, horario, cero asistencia, aguinaldo, vacaciones, pensión por enfermedad o riesgo de trabajo y mucho menos fondo para retiro.
El 12 de Abril reciente, la Cámara de Diputados con el voto de prácticamente todas las bancadas partidistas, aprobó por fin la Reforma Laboral, donde quedaron amparadas.
Tuvieron que ocurrir presiones de países como Estados Unidos y Canadá exigiendo una legislación laboral moderna, dentro de la cual destaca nivelación salarial, para que finalmente el Gobierno Mexicano a través del Congreso, como por arte de magia alcanzó acuerdos para crear prácticamente una nueva Ley Laboral.
Principios de la reconstruida legislación, son: permitir que los trabajadores puedan decidir por sí mismos si se afilian o no a un sindicato, sin menoscabo que se respeten sus derechos laborales.
Para el nombramiento de directivos el voto será, directo y secreto.
Los dirigentes están obligados a rendir cuentas y transparentar sus gastos; se eliminan las Juntas de Conciliación y ahora serán tribunales de la justicia penal los que atenderán cualquier asunto relacionado con conflictos laborales.
Aunque ya lo contemplaba, queda suprimida el obligar a los trabajadores a pertenecer a un partido político como condición para afiliarlo a un sindicato.
Está prohibida la intromisión de patrones en asuntos sindicales.
Todo ello es ley, y quienes violenten cualquier disposición enfrentaran las penas que dicta la ley, y que pueden llegar a prisión.
Bajo ese cobijo, la persona que ocupe a un trabajador doméstico tendrá que ser bajo contrato que especifique todas las prestaciones a que tiene derecho.