Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Septiembre 06, 2019
Extraña que, conocedora como es, la afición futbolera potosina tanto del deporte en sí como de los intereses que rodean su conducción federativa y el manejo de los equipos le haya impactado tan profundamente el cese del director técnico Alfonso Sosa cuando se trata de un movimiento bastante usual por parte de las directivas.
Alentados, evidentemente, por la simpatía no exenta de admiración que despertó en la gente luego de llevar al Atlético de San Luis de la división de ascenso a la primera categoría, los aficionados potosinos tuvieron una furibunda reacción inesperada a la separación del técnico atizada por las versiones que hablan de discriminación contra ciertos jugadores a la hora de formar la alineación.
Desde ayer que el ADSL divulgó esa decisión el tema ha sido incansablemente abordado en las mesas de café y, particularmente, a través de las redes sociales en las que se ha criticado ferozmente la medida tomada por la directiva contra Sosa quien ya sabe de estas cosas pues en su momento declaró que en el futbol mexicano no existe manifiestamente el agradecimiento en alusión a su salida de los equipos de la U de Guadalajara y Necaxa que también los ascendió y, principalmente, éste último al que llevó a semifinales en su primera temporada en la liga MX.
Las quejas por la salida de Sosa, si así pueden llamárseles se deben básicamente a que consideran que afectará la marcha del equipo luego de los triunfos y empates que lo tienen cerca de la zona de calificación a la liguilla y su salida se anuncia apenas un día después de haber obtenido una victoria en el torneo de copa.
Sin embargo, como apuntamos al principio la polémica desatada alcanzó una estridencia inusitada propia de cuando se origina una tragedia lo que en el ámbito futbolero no sucedió, ni mucho menos pues pese al movimiento del técnico SLP no dejará de contar con un equipo en la primera división y el cese de Sosa fue parte del uso de las facultades que tienen los directivos y no es el primer técnico que sale de un equipo futbolero en medio de una buena racha pues en otras instituciones grandes como el América se dieron hechos semejantes, como cuando en la temporada de 1995, intempestivamente, fue cesado su técnico, el holandés Leo Benhakker pese a que las águilas tenían una de las mejores temporadas de su historia y marchaban como líderes de la liga, el hecho, como aquí el de Sosa desató una escandalera fenomenal pero la directiva simplemente lo justificó como una necesidad del equipo y nada pasó entonces ni después toda vez que al igual que pasará con el ADSL llegó otro técnico a llevar las riendas de las águilas.
Así entonces, es, hasta cierto punto, justificado el malestar de la afición potosina con la medida tomada por sus consideraciones sobre el trabajo hecho por el tapatío al frente del conjunto, pero ya pasó y es tiempo de voltear los ojos hacia otros asuntos de mayor importancia que merecen la atención de todos en virtud d