El proyecto automotriz Olinia, impulsado por el gobierno federal, iniciará su producción comercial en mayo de 2027 con la meta de posicionar a México como referente en la fabricación de vehículos eléctricos compactos.
Rafael Garayoa, coordinador del proyecto, explicó que además de producir autos, se busca consolidar una nueva cadena de valor nacional que incluya autopartes especializadas y la fabricación de baterías de litio. La meta es que, al final del sexenio, el 65% de cada unidad ensamblada sea de contenido mexicano.
Actualmente, el país cuenta con capacidades de manufactura básicas como inyección de plásticos y estampado de metal, pero será necesario desarrollar infraestructura para componentes más complejos, como motores y baterías. En este último caso, que representará el 40% del costo del vehículo, Olinia planea ensamblar a partir de celdas ya existentes.
Los primeros modelos serán compactos, diseñados para transporte de pasajeros, última milla y uso particular, con un precio estimado entre 90 mil y 150 mil pesos. La empresa, con mayoría estatal, busca ser autosuficiente y competitiva sin depender de subsidios.
La ubicación de la planta se definirá en seis meses; por ahora se analizan opciones en Sonora, Puebla y Ciudad Sahagún. Si bien el mercado inicial será México, en una segunda fase se contempla la exportación a ciudades de América Latina.