Omisiones de riesgos fatales

Miguel Ángel Guerrero Arriaga

Marzo 19, 2020

Por temor o precaución de la gente ante el riesgo de contagio del COVID 19 pero este miércoles la ciudad lució como hace mucho tiempo no se veía, con poca gente en las calles y una sensible disminución de la circulación vehicular aún en el tramo de la carretera 57 que va a la zona industrial lo que puede verse como la posibilidad de que se haya registrado un gran ausentismo laboral al optar la gente por atender el llamado de no salir de casa si no es imprescindible o por la necesidad de comprar alimentos o medicinas.

Sin embargo, queda la duda si eso es suficiente para blindar la ciudad del ingreso de posibles portadores del coronavirus pues en el acceso de la carretera a Matehuala que es por donde normalmente llegan los paisanos que vienen de Estados Unidos pudimos constatar que siguen llegando vehículos con placas estadounidenses con familias completas que pasan a la zona urbana sin la mínima revisión de sus condiciones clínicas, aunque hay funcionarios que han dicho que se estarán monitoreando dichos ingresos, no hay a la vista indicios de una estrategia de vigilancia para constatar que no pasen paisanos que podrían portar el virus y más teniendo en cuenta que ya estamos sobre la temporada vacacional de semana santa que muchos potosinos que radican o trabajan en el vecino país, aprovechan para venir a visitar a sus familiares lo que los convierte en potenciales fuentes de contagio si es que a su vez, lo padecen y que es lo que debe revisarse, y no se sabe si ya han dispuesto medidas para hacerlo.

Por otra parte, tampoco se han tomado medidas de ese tipo relacionadas con el arribo de autobuses del transporte público procedentes de la CDM, Laredo Monterrey y otros sitios donde se han expandido los casos de coronavirus y tampoco se sabe si en la central de autobuses como en el aeropuerto se han cancelado llegadas de lugares de riesgo pues no está claro si se trata de omisiones o descuidos que pueden ser fatales en el corto plazo.

Por lo demás, decíamos como nunca, lo clubes deportivos estuvieron vacíos por la suspensión de actividades lo mismo que los parques Tangamanga incluyendo los restaurantes y cafés del centro histórico normalmente abarrotados de clientes gran parte de la mañana permanecieron desiertos con la mayoría de sus mesas vacías aunque, debe decirse no se suspendió el servicio por la valentía, o necesidad de las meseras.

En otro orden, las calles y avenidas registraron un sensible baja en la circulación de vehículos, lo que permitió a la gente llegar a tiempo a sus trabajos o compromisos a lo que se agrega el hecho de que registraron la circulación de las clásicas madres apuradas por llevar a tiempo a sus hijos a las escuelas por la suspensión de clases decretada.

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