Pluralidad, inclusión y aceptación una realidad que toma fuerza

Dr. Jaime Chalita Zarur

Agosto 29, 2020

La soledad, tarde o temprano, se da en la medida, entre mucho, cuando nos abandonamos a la comodidad para que alguien más nos resuelva nuestros problemas, corriendo el peligro casi infalible que seamos engañados por quienes son poderosos.

Todas las personas tienen una manera de pensar que, indudablemente va definiendo la personalidad de cada quien y la forma de ir resolviendo las diferentes problemáticas que se le van presentando para poder ir saliendo adelante y progresar. Seguramente se definirá su carácter con el transcurso del tiempo.

Así, en nuestro México, vivimos en una pluralidad, que obedece, ni siquiera a conductas uniformes en los municipios, tampoco a los estados o, regiones, mucho menos al de nuestro país, y si, a la diferencia en las formas y culturas dentro de nuestro gran País, pues es verdad, son muy diferentes.

La pluralidad, la inclusión y aceptación respetuosa, de los que convivimos en cualquier parte del mundo, es una realidad que toma fuerza. El respeto a los derechos humanos, los cuales están hoy más que nunca en peligro, se había fortalecido. Hoy la persona que está como presidenta de la CNDH, solo responde a la voluntad del Presidente de la República Mexicana.

El llamado constante desde el Ejecutivo de la Nación a la verdadera democracia, y a la unidad, no quedan verdaderamente claros. La descalificación y, en su caso, la discriminación, de cada día en contra de los conservadores o, neoliberales, diciendo que son culpables de todos los males de los mexicanos, acusándolos de deshonestos y de empobrecer todo lo que tocaron, es un frente abierto para seguir peleando con distractores y caigamos en la agenda de cortinas de humo para que el pueblo ignore lo de más importancia.

Aun así, quienes padecen pobreza, que serían el grupo más vulnerable al que en forma populista, le conviene a los políticos, en cualquiera de su inmoral clasificación; tendríamos que estar claros que no es culpa, que se padezca esa debilidad de nuestro pueblo, de quienes en su inmensa mayoría, trabajan honestamente y que, muchos de este sector de la población, no piensan en sinergia con el poder de un solo hombre, pero aun así, son calificados como deshonestos, adversarios o, de plano enemigos de la 4T.

Las personas terminamos siendo solo un número que puede, o no, contar para los políticos. Ellos, estas personas que se dedican por intereses, casi todos, muy particulares, al ejercicio de una política de promesas que no se cumplen, y luego se ríen de nosotros, nos utilizan y manipulan engañándonos, según sus conveniencias: en tiempo de elecciones, nos buscan para otorgarles nuestro voto y luego nos evitan. Casi ninguna persona que se ha dedicado a la política, hasta ahora, nos ha cumplido y, quienes quieren hacerlo, son despechados a la desesperanza, la negación del servicio público.

De esta manera casi ninguno político, merece ser defendido, pues habría que comprender que ellos no nos conocen, aunque nos saluden. No son nuestros amigos, aunque lo digan, no les importamos de verdad. El fanatismo no nos viene bien. No te apartes, y no dejes que te aparten de tus verdaderos amigos. Igualmente no dividas tu familia.

México debería estar unido por propósitos comunes, pero parece que algunos no les es conveniente y nos quieren tener apartados y peleando lo indefendible.

Nuestros ideales comunes, que si los hay que nos esperan para defenderlos son: La recuperación de la salud de esta pandemia. Recuperar la economía de los mexicanos. Así igualmente, nuestra seguridad y educación de avanzada, hoy casi en el bote de la basura.

En el 2021 tendremos la oportunidad de recuperar la división de poderes de la Nación que hoy está ausente.

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