Dr. Jaime Chalita Zarur
Julio 05, 2024
Cuando las lluvias llegan, el agua reconoce sus veredas y las retoma naturalmente. Así las libertades de las personas, una vez se den cuenta que son atentadas, los caminos de reconquista son muy conocidos. La historia de nuestro país, ha registrado los eventos que han costado vidas.
Las democracias se polarizan en el mundo y a los ciudadanos nos empujan a entrar en esquemas ideológicos afines a las mayorías pero, ellas, las mayorías, en muchos casos ni siquiera saben de lo que tratan las ideologías que intentan dirigirnos, en tanto se vayan resolviendo las diversas problemáticas personales o, cuando muy lejos, las de la familia más cercana pero, las colectivas, poco importan afectando al conjunto gregario.
Entre la izquierda, la derecha, sus intermedios o, sus extremos, el común denominador es el poder y el dinero, sin duda alguna. La subyugación y control de los gobernados es otro anhelo de muchos, muchísimos que gobiernan. Muy raro; después de solicitar y pedir el apoyo y, en algunos casos exigirlo igualmente pagar por ello, nos convertimos en los entes que servimos en lugar de ser servidos.
Así, nos convertimos en especie de mantenedores de una enorme burocracia que, igual que nosotros son ciudadanos pero que, en dado caso de causar incomodidades, pudiesen volverse en contra de los demás si reciben la orden de hacerlo.
Las voces que se alzan, aún cuando se asegura que no hay represión, son muchas calladas y, otras de plano se les pierde el rastro. Otras tantas son pasadas por los aparatos públicos para hacerlas víctimas, obligándolas a moderar en el mejor de los casos o a silenciar, en el peor.
Las condiciones de Mexico, cambian y, lo hacen en medio de la violencia que nos flagela, la educación que pierde lugares en calidad, la vivienda digna se evapora, las fuentes de empleo, a pesar de los aumentos en el salario, palidecen frente a la inflación, la salud de las personas, sigue sin atenderse.
Es la hora de la esperanza de cada seis años al tener una nueva administración federal, ahora encabezada por una mujer, que tendría que girar el curso de la República, si bien honrando el legado del Presidente de México pero, imprimiendo el sello y la visión personal que requiere una Estadista y Presidenta de todos los mexicanos. Inclusión, gobierno transversal, incluyente y con visión, no solo de género lo cual seguro será, también una Nación competitiva globalmente.
Más de ocho mil millones de personas ocupamos un espacio en este planeta. Cualquiera que sea el sistema político bajo el cual sean dirigidas, todas estas personas, lo hace menos del uno por ciento, en lo que hay que reflexionar extensamente, pues las necesidades de los pueblos se acrecientan, acumulándose sin resolverse, solo una muy pequeña porción de ellas.
El sistema democrático, tiene que avanzar, modificarse, transformarse, dar resultados reales a los pueblos y no, solo a una fracción de ellos. La concentración de riqueza en familias o, gobiernos es un lastre para todos.
El dinero público tiene que servir para dar nueva vida y oportunidades a quienes no las tienen, cualquiera que sea, tendientes a la soberanía tangible de las personas, es decir, que tengan dinero en sus bolsas y sean los dueños absolutos de ello para generar riqueza.
@jaimechalita