Por favor no me aplaudan, soy periodista.

Toño Martínez

Enero 04, 2024

Si hay una profesión u oficio que implique la mayor responsabilidad social, equilibrio  emocional, que restrinja la vida personal y familiar en aras de su tarea, que no le importe el tiempo, la comodidad ni el riesgo o peligro  y esté obligado a una preparación contínua y acopio de conocimientos es el periodismo.

Un periodista de vocación debe reunir temple, coraje y valentía para vencer la tentación a la ambición, y al poder -espejismo que produce muchas veces el hipócrita aplauso o reconocimiento del político abusivo, del corrupto o del falso líder  para acallarlo o tenerlo al servicio de sus intereses.

No es fácil para un periodista dominar el miedo a las amenazas o cuando tiene enfrente a un arma apuntando por gente violenta  que  le grite  “o  paras de hablar de nosotros  o te va a llevar la chingada a ti o tu familia», pero se impone.

Tampoco cuando va más allá del formato tradicional de reportero rellena-espacios  para buscar  historias ocultas como meterte a lugares intrincados en alguna sierra para buscar y entrevistar a grupos insurgentes  clandestinos que lanzan proclamas  contra el gobierno,  con todo y los riesgos que conlleva a su integridad física.

Para un periodista presenciar el asesinato de un  líder durante  una confrontación por tierras no debe permitir que la impresión altere la  redacción de la noticia tomando partido ni faltar a la verdad. Le va a tocar ver fallecer a personas tras un accidente terrible sin perder el control.

Estos relatos como tantos otros más que están basados en experiencias  personales.

No le importa al periodista nato efectuar investigaciones o reportajes nocturnos en escenarios sórdidos y tenebrosos.

El periodista no puede ser cómplice  del poder político ni de cualquier índole que vaya contra la dignidad humana de las personas.

Jamás debe buscar la vanagloria sino afianzar su inalterable compromiso de llegar a la verdad de las cosas para orientar a la opinión publica e informar los hechos con la mayor veracidad y ética.

Mi respeto y admiración  al periodista de investigación y cobertura de turbulencias y guerras.

Mi respeto al Periodista que se reinventa para comunicar, informar orientar desde cualquier medio y trinchera.

Mi abrazo al periodista que no deja comprar su conciencia.