Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Ya pasada la agotadora jornada electoral es evidente que entre los principales damnificados que dejó el proceso, se encuentran el PRI y PAN que por los resultados oficiales sus dirigentes y militantes ya se dieron cuenta de que ambas instituciones se encuentran inscritas entre las más despreciadas del estado y del país en general y que a nadie interesa o preocupa que estén en etapa de extinción condición de la que difícilmente podrán salir y peor porque, seguramente no habrá muchos simpatizantes, militantes o dirigentes interesados en emprender la aventura de involucrarse en su recuperación por lo menos en lo que a nivel estatal se refiere.
Por ejemplo, en el caso del tricolor empezó a caer por el despeñadero luego de haber engendrado gobernantes corruptos durante décadas de los que en SLP los más representativos fueron Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras luego de que antes el PAN ya lo había desalojado del palacio de gobierno vía el triunfo del panista Marcelo de los Santos no sin antes dejar de imponer pésimos dirigentes y repartir candidaturas a figuras nefatas como el cochiloco o el tecmol lo que sometió al partido a un acelerado proceso de descomposición y pérdida de confianza y credibilidad ciudadanas de los potosinos que le acarrearon dolorosas y merecidas derrotas en la disputa de la alcaldía capitalina y estar al borde de perder el registro como pasó en las elecciones del 2 de junio al obtener una votación que apenas le permitió alcanzar el límite para evadir la pérdida lo que, muchos auguran, no podrá hacer en los siguientes comicios y menos de lograr sostener un aceptable padrón de militantes como también se antoja difícil que sus actuales o siguientes dirigentes estatales lo puedan lograr si se toma en cuenta que ya se ve vergonzoso aceptar que se milita o simpatiza con el tricolor.
En lo que toca al blanquiazul las cosas no son muy diferentes si se observa que sus dirigentes pasados y recientes se han visto dominados más por la ambición de aprovechar el cargo para acceder a una candidatura que por fortalecer al partido, lo que también los alejó del apoyo y simpatía que en años pasados los potosinos le dispensaron al grado de impulsarlo a la gubernatura que desperdiciaron miserablemente en pugnas internas por las candidaturas.
Tan conscientes están los panistas de que su partido se encuentra en una situación agonizante que estos días varios exgobernadores exigen en un desplegado el cambio de estrategias a los dirigentes en gran parte desalentados por la derrota de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez a la que no pudieron, o supieron impulsar luego del gran respaldo popular con que contaba.
A nivel local también se le están pidiendo cuentas a dirigentes y miembros del grupo que controla al partido por el desastroso papel que hizo el 2 de junio, lo que lo tiene en la lona con pocas posibilidades de levantar cabeza y reafirmando junto con el tricolor su condición de que constituyen los peores damnificados de las elecciones pasadas.
CABOS SUELTOS
La legislatura local tendrá la oportunidad de atraer los reflectores nacionales si concreta el indulto de Sanjuana Maldonado mujer que tiene 15 años en prisión por un delito que no cometió con lo que, además harán un acto de justicia que todo mundo reconocerá.