Dr. Jaime Chalita Zarur.
Mayo 29, 2023
“Prometer no empobrece, dar, es lo que aniquila”: Proverbio popular.
Los elecciones del Estado de México y, Coahuila, están ya muy cerca. De frente a estas campañas y, las que vienen, se hacen enorme cantidad de promesas que, no se llegan a concretar.
Muy rara vez me refiero a las estadísticas, para no traducir el penar ciudadano, bastante obvio, en números fríos que nos materializan más. Así, es más interesante, quizás obligatorio, tratar de hacer una transmisión de los hechos que nos suceden en nuestra vida cotidiana, la cual solamente la sufrimos o, disfrutamos rara vez, los ciudadanos del trabajo y, esfuerzo diario.
Ahora me parece muy interesante ver, si de números se trata, como la violencia afectó a nuestro país en 2022. Según el Índice de Paz México, señala que el aumento de asesinatos, en los últimos ocho años, ha provocado el deterioro de la Paz en México del 14.8% y una pérdida de 324 mil millones de pesos en inversión extranjera directa; sin mencionar la inversión de origen nacional.
Los niveles de violencia le han costado a México 4.6 billones, equivalente al 18.3% del PIB. Así consideran los expertos que a cada uno de los habitantes de este país, le ha costado unos $35000, más del doble del salario mínimo.
Son número fríos que retratan de alguna manera lo que vivimos y, las formas que la sociedad ha tomado en sus modos de relacionarse y, mucho en función de las decisiones que se hacen en torno a los discursos de los políticos a través de sus redes y, de todo cuanto medio, se puede informar o, desinformar.
Una de las promesas más socorridas son : terminar con la corrupción, la violencia y la pobreza. Muchos o, todos, han hecho estas promesas, absolutamente sin cumplirlas. Así, los ciudadanos caemos en el temas y, creemos que ahora sí nuestros problemas de dinero, Paz, y corrupción, habrían terminado como magia, a partir de cualquier gobierno, de cualquier nivel, en su inicio.
La pérdida de enormes cantidades de inversiones y, la creación de muchas más fuentes de empleo, están en torno de las promesas no cumplidas y, resulta que muchas decisiones de inversiones están hechas en razón de las promesas y pláticas que se tienen de los diversos candidatos.
Debería resultar que, las promesas no cumplidas, para quienes ganen una representación popular, deberían tener consecuencias penales pues, si se promete y en torno a esas promesas se toman decisiones que a la postre dañan a la persona y su patrimonio, entonces debería haber consecuencias.
Exigir el cumplimiento de las promesas ganadoras de parte de sus dueños candidatos, es un deber. No se termina la corrupción, no se termina la violencia, no se termina la pobreza, al contrario se han acentuado. ¿Habrá castigo para todos los que nos mintieron?
@ jaimechalita