Quien rompe las reglas, debe ser sujeto de castigo

Dr. Jaime Chalita Zarur

Noviembre 16, 2020

La verdadera libertad, existe solo en nuestro intelecto. Todo lo que ahí se almacena es propiedad de quien lo tiene y es el tesoro más grande que pueda ser humano tener. Expresarlo es diferente y, posiblemente peligroso, actuar, siguiendo la pauta que tu guía interna te indica, según tus principios, aún más y, siempre estará acotado por las leyes que emanan de los sistemas legislativos que impone las normas de conducta gregaria.

La humanidad completa que habita la tierra, es dependiente de lo material para sobrevivir. La evolución de las relaciones comerciales entre personas, ha tenido diferentes formas de hacerlo al intercambiar las materias que le pueden hacer, ir adquiriendo lo suficiente para sobrevivir, vivir justo o, tener de todo para hacerlo.

Cualquiera de las formas comerciales tiene que ver con el intercambio de bienes y servicios y su uso, así como su aceptación. La forma más común que conocemos y, empieza a desaparecer, es a través del dinero, representado por oro, plata, diamantes, papel moneda, etc.

El crecimiento de las personas en todo lo que representa valor material, da a las sociedades en el mundo, un estatus económico y este se va traduciendo en la ventaja que se tiene sobre los demás.

Los diferentes sistemas económicos que han obedecido al desprendimiento ideológico del origen de la riqueza, ha sido el escenario de batallas intelectuales históricamente y, aún lo siguen siendo.

Las formas, leyes y, reglamentos para intercambiar bienes y servicios, han sido establecidas pero el legislativo, sin importar de qué sistema ideológico se trata: neoliberal, conservador o, liberal. Quien rompe las reglas, es sujeto de castigo judicial.

Sin importar quien hace las leyes, las formas de crecimiento económico han sido muy criticadas por los mismos que han establecido las reglas; es decir, los políticos profesionales que representan el aparato legislativo, pero que en sistemas presidencialistas, como el nuestro, el Presidente es quien manda, más aún, cuando la mayoría de los legisladores, le sirven como sucede en nuestro país.

Así, quienes acusan al capitalismo, en sus diferentes acepciones, por cierto irreales, deberían mirar a los verdaderos responsables de la pobreza que lastima a los países y saber que no son quienes trabajan y logran generar riqueza y, si, los gobiernos que imponen políticas que les combinen, pero que siempre requiriendo de la generación de riqueza, que se paguen impuestos.

La confrontación entre las odiosas clases sociales, son temas que le sirven a quienes quieren gobernarnos. No somos los ciudadanos que trabajamos quienes somos responsables de las diferencias económicas y, si son, quienes atendiendo a la fabricación de leyes tramposas que ayudan a la impunidad, ocasionan traiciones múltiples a la patria, ignoradas políticamente, para seguir manipulándolos en una separación irracional que no deberíamos permitir y, en la que se escudan para, muchos de ellos, robarnos el patrimonio público, echando culpas para encubrir su hurto.

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