Dr. Jaime Chalita Zarur
Marzo 05, 2023
Entre lo que hemos permitido hacer, retrocediendo en el tiempo, matando esperanzas comunitarias, solo por venganza, aun cuando es negado una y otra vez, y, lo arrollador de la innovación, reinventándonos, abriéndose paso, venciendo voluntades perversas, queriendo evitarlo, acusando a los demás de ser retrógradas, la voluntad de ser libremente se impone.
Cuando un representante de una comunidad de cualquier tamaño, sea un país cualquiera o, una colonia perdida en una ciudad en donde se quiera, generalmente tomar decisiones solo en relación al ejercicio del poder, quedando claro que nada importa, ni la seguridad, ni la educación, ni la salud, vamos, muchas nadas que se sufren desde la sociedad, tratando de sobrevivir.
Las venganzas, los sometimientos, la arrogancia y el sentimiento de sentirse omnímodo y poderoso, hace que los gobernantes hagan sufrir, una vez hechos de poder, a sus pueblos. La verdad de lo que se acusan, ciertamente es grave, pero, está reservada a quienes tienen los alcances de la información.
La inseguridad que mata y, la inestabilidad que se producen en un entorno, es una herramienta más para quienes a través de ella y, mediante el miedo de la población, controlar a las sociedades del mundo en cualquier parte que sea necesario.
¿Cree Usted que en nuestro país se está viviendo de esta manera? Y que además, ¿realmente estamos en una transformación? Y que en caso de que así sea, ¿estamos dando resultados que se demandan desde las juventudes en sintonía con los avances de la ciencia y tecnología?
Parece que, lo autoritario empieza a ceder a las movilizaciones ciudadanas, pero igualmente importante, a través del empuje de los adelantos en conectividad y comunicación. La sociedad hoy, está mucho más informada.
Las deudas sociales son interminables y los reclamos se han acumulado históricamente. La gente se desespera y las acciones por reivindicar sus derechos, se hacen sentir. El avance de otros frente a la desesperación del retroceso, tratado de controlar nuestras vidas, ya no se soporta.
El doble discurso o, quizás triple o cuádruple, empieza a caer por los hechos que lastiman a la realidad y más, cuando el discurso no compagina con los hechos. El poder descompone a muchos. México lo ha sufrido muchos años.
Se ha dicho hasta el cansancio que no puede haber un gobierno rico y un pueblo pobre. Efectivamente no debería ser, pero, sigue siendo y, así lo ha sido muchos años: un pueblo mayormente pobre.
Pero … ¿algún día lo aceptarán públicamente quienes, sabiéndolo, lo han negado?
@jaimechalita