Adrián del Jobo Ponce
Febrero 10, 2024
Los procesos educativos basados en competencias, se ha posicionado como un enfoque en los últimos años, buscando desarrollar habilidades prácticas y aplicables en los estudiantes de todos los niveles educativos; si bien, ya no es nada nuevo y más allá de la mera acumulación de conocimientos teóricos, busca y encuentra cada vez más nuevos y más atractivos horizontes, gracias a la tecnología y la voluntad creativa de los docentes en los diferentes niveles educativos. Algunos autores han contribuido a la comprensión y discusión de este enfoque que genera un planteamiento suficientemente consistente, como para que hoy en día sigamos aprendiendo y aplicándolo en los diferentes modelos educativos y en las politicas públicas transexenales.
Desde una perspectiva de aprendizaje, el Psicólogo Bruner enfatizó la importancia de la construcción activa del conocimiento por parte de los estudiantes considerando la parte cognitiva. El modelo basado en competencias se alinea con esta idea al centrarse en el desarrollo de habilidades prácticas que permiten a los estudiantes aplicar sus conocimientos de manera efectiva en situaciones del mundo real, en la vida diaria, en su contexto, por ejemplo, en nuestra maravillosa huasteca, que nos brinda una gran oportunidad al contar con un entorno maravilloso, lleno de riqueza y patrimonio.
Una de las ventajas competitivas de la educación, es precisamente que todo es aprovechable y optimizable en los diferentes métodos y procesos de enseñanza y aprendizaje; enseñar desde el aprovechamiento lo que nos rodea, de lo identificable y palpable para el estudiante, alejando de la parafernalia educativa que sin lugar a dudas, se convierte en un distractor al enfocarse mas en las formas que en los fondos, en las apariencias que en la sustancia.
La propia naturaleza del comportamiento del ser humano y el funcionamiento del cerebro, en algun punto pasa desapercibido el entorno, o sea, ya no reconocer lo que le rodea por las múltiples veces que lo reconoce y se ha acostumbrado a ello. Es importante que los educadores sean sensibles a no descuidar el sentido de los entornos y contextos que rodean a los estudiantes; marcar una diferencia en este punto, hace toda una diferencia.
Vygotsky la introducir el concepto de la zona de desarrollo próximo, un tema analizado desde las diferentes teorías del aprendizaje, desde luego, destacando la importancia del apoyo social y la colaboración en el aprendizaje. En el modelo basado en competencias, la interacción y la aplicación práctica de habilidades pueden fomentar un entorno de aprendizaje colaborativo y participativo.
Además, el pedagogo y psicólogo Dewey abogó por un enfoque más experiencial en la educación, donde el aprendizaje se deriva de la participación activa y significativa en situaciones auténticas, particulares que inflexionan el aprendizaje de las mismas experiencias de vida. En el contexto de un modelo basado en competencias, esto implica proporcionar oportunidades prácticas y experiencias del mundo real para que los estudiantes desarrollen habilidades aplicables; desde luego, esto va más allá de un formato o un requisito que cumplir, es buscar el sentido y el propósito del bien hacer.
En sí, el modelo educativo basado en competencias se alinea con las ideas de Bruner, Vygotsky y Dewey, por mencionar algunos, al enfocarse en la construcción activa del conocimiento, la colaboración social y la aplicación práctica de habilidades. Estos elementos, cuando se integran de manera efectiva en la enseñanza, pueden potenciar un enfoque educativo más centrado en el estudiante y orientado al desarrollo de competencias prácticas.
Es por ello que debemos considerar la capacidad instalada que nos da como ventaja competitiva el entorno, el contexto, la propia cultura, los usos y costumbres, los sentires y saberes, que desde el propio sentipensar de la comunidad, el entendimiento del territorio y el espacio, el paisaje cultural; podamos desarrollar la práctica de las competencias educativas, la planeación docente, educar desde el corazón sociológico y encontrar la intersección de la parte diciplinar con la gran oportunidad que nos da el conocimiento , la experiencia y la actitud de los estudiantes y el acompañamiento de los profesores.
El modelo basado en competencias, nos deja todo un camino por recorrer, porque considerando lo ya expuesto, podemos determinar que los recursos son ilimitados al considerar la propia naturaleza del cerebro, el desarrollo social de ser humano como individuo y sociedad y los diversos entornos que nos da cada contexto desde la misma creatividad divergente de la inteligencia generacional y su diversa pluralidad, multiculturalidad e interculturalidad de las masas sociales y los pueblos del mundo.
La aplicación desde el contexto de trabajo en la Universidad Intercultural de San Luis Potosí, da una ventaga importante, ya que el modelo educativo de educación superior intercultural, es promovido desde la mismas naciones unidas y se establece la interculturalidad que surge desde la vivencia, el entendimiento de mismo que nos lleva a adquirir una competencia. De acuerdo con la UNESCO, “el diálogo intercultural fomenta la cohesión social y ayuda a la creación de un ambiente conductivo al desarrollo sostenible”. Las universidades e instituciones de educación superior tienen una capacidad única para el fomento del diálogo intercultural al ser centros de conocimiento y diálogo.
El desarrollo del modelo educativo encuentra los motivos en el desarrollo de la competencia intercultural de los educandos, desde su enfoque axiológico, disciplinar, sociocultural y la promoción del reconocimiento y la valoración de la lengua; de esta forma se encuentra perse en la praxis diaria del bienestar escolar, académico, cultural y científico de la comunidad universitaria y su vinculación comunitaria como uno de sus grandes ejes rectores para el desarrollo curricular y los procesos de formación en la enseñanza aprendizaje. adriandjp03@gmail.com