Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Agosto 29, 2021
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador reconocía que” hay que tomar riesgos” para iniciar el regreso a las clases presenciales y confiar en que la aplicación de los protocolos sanitarios sean suficientes para impedir rebrotes de contagios de la pandemia entre los escolares a lo que este lunes 30 de agosto miles de padres de familia se acogerán para enviar de nuevo a sus hijos a las aulas en una apuesta del retorno a la normalidad escolar cuyo resultado y consecuencias son impredecibles pues lamentablemente está comprobado que los menores son vulnerables al coronavirus y solo un blindaje seguro de los planteles escolares y una aplicación rigurosa de las medidas preventivas contra el contagio pueden evitar que se vea afectada la salud de los menores de lo que desde ahora se hace responsables a las autoridades de salud y al gobierno de lo que llegue a pasar por errores y omisiones en la reanudación de las clases presenciales pues se entiende que desde esos mandos se tuvo la precaución y el cuidado de asegurarse de la existencia de condiciones para la protección de la salud de los escolares para autorizarlas pues la mayoría de la gente cree que ofrecen esa garantía para estar tranquilos y enviar a las escuelas a los niños, además de que no pocos paterfamilias se ven obligados a enviarlos, principalmente aquellos que no tienen familiares o guardería para dejarlos mientras se van a trabajar, aunque como sea y por lo que sea el caso es que este lunes 30 miles de escolares regresan a las aulas y ojalá que sean infundados los temores de que se puede presentar un rebrote de contagios de la pandemia, Dios nos agarre confesados y que el gobierno cumpla con el blindaje de los planteles incluyendo con la obligación de que también lo estén los planteles de colegios y escuelas particulares, que todo sea para bien.
CABOS SUELTOS
El problema de salud que representa enfrentar la pandemia en la parte que se heredará a Ricardo Gallardo Cardona no es tan grave en la dimensión que le tocó a Juan Manuel Carreras pues no tendrá que batallar para gestionar el envío de vacunas, toda vez que la mayoría de los potosinos ya han sido inmunizados o, por lo menos, cuentan con un dosis del biológico ni deberá andar en reconversiones de hospitales y menos quedarse con las ganas de que el gobierno federal lo auxilie económicamente para sacar al buey de la barranca ni tendrá que andar tomando fondos de donde sea para hacerlo.
