Toño Martínez
Agosto16, 2019
Para unos la gran villana; para otros la priista más pragmática y evolucionada.
El bombazo fue seco y sus consecuencias aún están por esperarse y con nada buenos augurios: Ivonne Ortega Pacheco, una de las militantes más pragmáticas del Partido Revolucionario Institucional, la mujer que recorrió todos los cargos de elección popular – solo le faltó ser presidenta de la República-, renunció al partido este viernes y con ella se llevará a otra porción de lo poco que le quedaba al tricolor alejando la posibilidad de su renacimiento.
Polémica y controversial como todos los políticos, la gran villana para algunos pero la mujer ejemplo por su decisión y valor para remontar toda clase de obstáculos en su crecimiento político, para otros, lo cierto es que Ivonne Ortega abre con su salida del tricolor donde estuvo por 29 años, un boquete difícil de llenar.
Desde la campaña para elegir la nueva directiva del PRI, a Ivonne Ortega Pacheco no se le veía a gusto como tampoco a quienes en su momento eran adversarios como Ulises Ruiz Ortiz, o José Narro Robles, observando que por más esfuerzos que hacía la líder nacional Claudia Ruiz Massieu para transparentar la jornada, darle confianza no podía simplemente ocultar que estaba maniatada por decisiones cupulares para favorecer a un impuesto.
Ivonne Ortega, como los otros dos, advirtió que continuar con las imposiciones y viejas mañas conducirían al desánimo de los pocos priistas en pie para participar, y así fue.
Por eso, fue víctima de campañas negras de descrédito desde dentro del PRI; lo mismo la exhibían como una mujer despilfarradora de recursos públicos cuando fue gobernadora de Yucatán, la que dejó endeudado al estado con 3 mil millones de pesos, la que dejó a medias proyectos extraordinarios como la creación de a Disneylandia Maya, el Gran Museo Maya y cosas por el estilo, que ciertas o no nunca frenaron su ascenso a espacios públicos.
Le tenían confianza.
Y eso le acarreaba simpatías y respaldo a raudales.
No en balde fue presidenta municipal de Dzemul, su tierra natal; diputada local, diputada federal, Gobernadora, senadora y, dentro del PRI desempeño diversas carteras como la secretaría general nacional.
Por experiencia y formación política no paró.
En ese lapso, Ortega Pacheco se posicionó en el colectivo afectivo del PRI más que ninguno; pero también se convirtió en obstáculo para quienes dictaban o siguen teniendo el control del partido y la orden fue: “párenla”.
La culminación de todo ello, fue que Ivonne Ortega Pacheco se fue del PRI.
Se lo comunicó oficialmente a Claudia Ruiz Massieu señalando claramente que su decisión fue por el desaseo en la jornada electoral para renovar la dirigencia, que evidenció que el partido no va a renunciar a los viejos métodos que lo han hundido.
Y también dejó en claro que el PRI no se aparta de la ruta de su extinción.
Usted juzgue, pero de que Ivonne le pega duro al PRI con su salida, ni duda.