¿Sabías de dónde proceden las enfermedades crónico-degenerativas?

Dr. Victorino Oliva Argüelles

Los índices de enfermedades cardíacas, renales, tiroideas, vasculares, oftálmicas, neurológicas y el dolor crónico no son propias de la vejez.

Las costumbres han cambiado diametralmente; ahora el consumo de alimentos es de una cantidad exagerada, el ejercicio es mínimo y el sueño es apenas el imprescindible.

Con estos bruscos cambios modernos no le hemos dado tiempo a nuestra genética a adaptarse y literalmente hemos logrado que nuestros procesos bioquímicos enloquezcan.

La genética es una rama de la biología que se encarga del estudio de la herencia.

Cada especie tiene un código genético que se va modificando de acuerdo a las necesidades de adaptación de los individuos.

La especie humana no es la excepción, y tenemos ciertas características comunes y otras que nos hacen totalmente individuales.

Estudios del ADN de personas que vivieron hace 50,000 años, dentro del periodo paleolítico, han permitido observar que en este lapso de tiempo la genética humana apenas se ha modificado en un 0.2%.

Esto significa que el organismo, específicamente la bioquímica de nuestro organismo, funciona de la misma manera que como lo hizo en nuestro ancestros.

La bioquímica es la forma como interactúan las sustancias dentro de nuestro organismo, participando muchísimas, tanto orgánicas como inorgánicas.

Lo más común es escuchar sobre las proteínas, las grasas y los carbohidratos.

Sin embargo los procesos que se realizan en nuestro interior son altamente complejos.

Por tanto, de manera práctica señalaré que estamos hechos para el ayuno, para la actividad intensa y para un horario amplio de sueño.

Seguramente así vivían los mencionados humanos del paleolítico. Comían lo que podían conseguir,  caminaban mucho para recolectar alimentos y dormían en cuanto oscurecía.

En nuestra realidad, nada de esto sucede y el resultado es claro y medible. La obesidad y los procesos crónico- degenerativos se han multiplicado exponencialmente, tanto como las famosas y estacionarias enfermedades mencionadas al principio.

Por otro lado, los genes no son determinantes en los procesos crónico-degenerativos ya mencionados.

Los genes son como sensores que pueden encenderse o apagarse de acuerdo a actividades llamadas «Epigenéticas» lo cual nos permite poder vivir con una calidad de vida alta durante muchos años.