Dr. Jaime Chalita Zarur
Mayo 10, 2021
Las pasiones electorales están teniendo una constante no deseada. Las gana de erigirse como triunfadores a costa de lo que sea, hace que el termómetro se vaya elevando y, entre descalificativos y amenazas de cualquier tono, las personas se agreden. Los candidatos permanecen intocables, ellos no se ensucian; para ensuciarse usan a los demás, ordenándoles el trabajo de fontanería. Después… los desconocen.
Pocas y, de verdad muy pocas, son las campañas de propuestas y de cara a los ciudadanos, quienes querríamos vivir con salud, seguridad y reactivando la economía de las familias.
Los gobiernos, cualquiera, no existirían, sin la sociedad que los sostienen en cualquier sentido. No es fácil comprenderlo para mucha gente desde la propia sociedad, habiendo gente que, buscando su interés particular, hace hasta lo indecible para sustraerse al interés general.
El abuso de la pobreza, insultando a quienes la padecen, a través del populismo regalando de todo, en lugar de dar trabajo y buen sueldo, regalan miseria. Limosna de cada tres o seis años.
Apostar a la consolidación del interés general jamás ha sido una equivocación. No importa quien esté el frente de cualquier representación pública; lo que importa es la fortaleza de la construcción de una sociedad infalible a lo común y no, de quienes, aún sosteniendo aquellos que nos representan, nos han convertido en sus trabajadores.
Las dos únicas fortalezas para los ciudadanos, fundamentalmente, son el cumplir puntualmente con la Constitución Política de Mexico y sus leyes que de ahí derivan y, que nos rige, para todos, impersonales y, siempre aplicar la búsqueda de lo que nos sirve a todos.
Recientemente el Instituto Nacional Electoral, ha retirado varias candidaturas al partido en el poder de México. Las descalificaciones no se han hecho esperar y van sobre su desaparición. Exactamente en contra del mismo árbitro electoral con el que ganador las elecciones, ahora no les sirve, seguramente porque aplica la ley como es.
Las modificaciones a las leyes de nuestro País, en su inmensa mayoría, han estado siendo modificadas, para favorecer una tendencia transformadora de aislamiento, centralismo y muy iguales a un autoritarismo que nos deja fuera de la competencia internacional en la búsqueda de mejores niveles de vida para los mexicanos pero, igualmente, sujetando nuestras libertades, aún cuando es negado constantemente.
El arma que tienen los ciudadanos es su voto, tenemos que ejercerlo y cumplir cívicamente con nuestro deber, pero además formar una sociedad que entienda el bien común.