Toño Martinez
Abril 21, 2025
La muerte del Papa Francisco ocurrida la madrugada de este lunes en El Vaticano no es solo una gran pérdida para la Iglesia Católica sino para la humanidad necesitada de líderes genuinos que arrojen esperanza y guia para enfrentar los peores desafíos globales que tienen al planeta en convulsión.
La figura de Francisco no se puede encajonar en una misión de responsabilidad religiosa para un segmento de mil 200 millones de personas que profesan el catolicismo, pues su pensamiento es universal y el conocimiento en las estructuras que cimentan la coexistencia, orden, igualdad, política y sustentabilidad de los pueblos van más allá han sido reconocidos y respetados por los poderes mundiales.

Francisco -Jorge Mario Bergoglio-, el primer papá Latinoamericano y el número 266 en la historia papal a partir del primero que fue Pedro, estuvo guiado por la filosofía de San Francisco de Asís que fue su inspiración para vivir en la austeridad y pobreza que fueron pilares para apartarse de lujos y comodidades y mantenerse conectado con la realidad dramática de los desprotegidos y vulnerables.
Fiel a sus principios, el Papa Francisco pedía a los gobiernos establecer políticas que priorizaran la igualdad y un esfuerzo permanente contra la pobreza, solidaridad, justa distribución de la riqueza y atención sincera a los más pobres más allá del activismo como muchos hacen, en lugar de favorecer a las élites.
Lo mismo abordaba los riesgos que estamos causando a la naturaleza que sugería fórmulas para contenerlos e intervenía directamente en las regiones en guerra buscando la pacificación.
Combinó la aplicación de profundas reformas a la Iglesia Católica para volverla más realista, destituyó a pederastas sin importar su grado, reajustó el orden interno sin miedo a enfrentarse a resistencias, con viajes por diversos países llevando siempre el mensaje de paz y amor y no le tembló la voz para hacer observaciones a sistemas de gobiernos que se apartan de los principios básicos de compromiso con su pueblo por adoptar dogmas contrarios a la democracia.
Regiones como el aceptar las uniones entre parejas del mismo sexo, le acarrearon dura oposición en El Vaticano pero solamente incluía a todas las personas en el amor al Dios del perdón.
En 2016 con su histórica visita de 6 días a México, Francisco reconoció al país con una distinción especial con empatía entre todos los sectores
Francisco fue una autoridad moral, un caudillo del mundo sin soberbia sino con humildad y su muerte serena en su habitación mientras dormía después de haber impartido el Urbi et Orbi el Domingo de Resurrección que significa la bendición para todo el mundo.