Dr. Jaime Chalita Zarur
Diciembre 18, 2022
Se ha perdido la paz en nuestro país. Que vergüenza que echemos las campanas a vuelo, cuando por donde quiera hay desesperación y miedo a la vez. ¿Seguirá siendo sostenible, vivir en México?
Las últimas semanas de la vida sociopolítica de nuestro país, ha estado ocupada por las discusiones entre el Presidente de México y los legisladores, tanto de la Cámara Baja como la Cámara Alta, en torno a la reforma electoral.
Ciertamente, es importante que la democracia sea ciudadana y, que los sueldos, sean más económicos, habiendo tanta diferencia entre quienes tienen y quienes no tienen. Se genera un elemento más, para abonar a la polarización de esta sociedad mexicana, aumentando los peligros de lastimarnos entre nosotros, cada día más y más. Lograr las igualdades, dentro de tantas diferencias en este país, es muy complicado; no imposible.
Dice la Constitución Política Mexicana que, la esclavitud en nuestra Nación, está prohibida, es decir no debería existir. Como parece realmente ser, en nuestra realidad, es que, la forma moderna de la esclavitud toma forma moderna, en la medida que, quienes hacen las leyes, las elaboran en pesos y contrapesos, que dan o no, vialidad a los intereses de diputados y senadores pero, es la población en lo general, quienes, sin ser consultados, estamos obligados a cumplir la ley.
Es bien sabido que nuestros representantes populares, nos buscan hasta en nuestro domicilio, en temporada de elecciones, luego, no volvemos a saber de ellos, solo por los medios de comunicación si acaso, cuando dan una mala o, buena nota.
La polarización que, se acostumbra en forma perenne en nuestro país, para las personas en lo general, es trasladada a las cámaras, Alta y, Baja. Ahí, desde la tribuna más alta de la Nación, los insultos que se profieren entre ellos, bajando terriblemente el nivel del debate que, debiera buscar el mejor tono, en razón de las mejores prácticas, pues solo ocasiona más desgaste de nosotros.
Los verdaderos problemas de nosotros, no están resueltos: la pobreza sigue azotando a la sociedad. Pelear por una persona, no tiene sentido. Recuperación por la familia y por nuestra Nación, es lo adecuado. Habría que decidir ir a lograrlo.
Ya no se vale quejarse. Actuar es el camino decente para recuperar, sin pretextos, lo que la inmensa mayoría reclama, sin realmente quererlo, como quienes trabajamos, lo hemos hecho, cada día, es el camino.