Toño Martínez
Febrero 12, 2020
Entre canales de las láminas que techan casas rústicas, y en tendedores de ropa, reposan cuerpos cilíndricos de Víboras de Cascabel, sin cabeza ni piel, que fueron cazadas por la gente que vive en rancherías para secarlas al sol y venderlas a laboratorios de medicinas naturales que las pulverizan y encapsulan para ofrecerlas como remedio contra el cáncer y enfermedades diversas.
Me llamó la atención cuando observé el tendido de las víboras asándose al sol en poblados pequeños de San Vicente, Ébano, Valles, Tamuín, Tanquián o Tanlajás y otros municipios en la Huasteca Norte, porque no eran una ni dos, eran docenas.
Al preguntar para que las querían la respuesta fue sencilla y hasta ingenua de Camilo Juárez, un agricultor: “Es que nos las encargan los que hacen cápsulas de polvo contra el cáncer y compran a buen precio; oiga hasta en ese Mercado Libre, de Internet las ofrecen en 700 y mil pesos. A nosotros nos pagan de 200 y 300 por cada una, o depende”.
“Ora pos ya ve, no hay dinero; las vacas se están muriendo; no podemos ni sembrar maíz para comer por la tierra seca, y pos de esto sacamos cuando menos para la tortilla y frijoles”.
“A, oiga, pero que cree, hay gente que nos encarga las víboras bebés, las recién nacidas porque están haciendo criaderos; haga de cuenta como granjas, eso dicen”, platicó el campesino.
La persecución de esta especie de ofidio, una entre las 300 que habitan en México, ha diezmado su población rápidamente y, con ello, ignorado por los agricultores, están rompiendo el equilibrio de ecosistemas pues esos reptiles cumplen una función de primera importancia en bien de los cultivos de maíz, caña de azúcar, sorgo, frijol y más, como es el control de plagas dañinas como la rata de campo y distintos roedores.
A simple vista pareciera que la tarea de las víboras, serpientes o culebras no tiene importancia para la gente del campo, al contrario, las consideran una amenaza por su veneno, las persiguen y matan.
Pero sucede, que las víboras como la de cascabel son indispensables para el orden ecológico y la cadena alimenticia, y nos estamos arriesgando de seguir con esta conducta, a que pudieran desaparecer y ello agregaría otro eslabón más al rompimiento del equilibrio que requieren los cultivos de alimentos.
Eso, aparte de que su veneno es utilizado para la elaboración de algunos fármacos.
En países asiáticos como Vietnam, Tailandia, Indonesia las ratas devoran millones de toneladas de arroz cada año con enormes pérdidas económicas, porque hubo campañas intensas de exterminio de serpientes que eran sus depredadoras.
En la Huasteca Potosina, las ratas de la caña son una pesadilla porque destruyen también extensiones del cultivo disminuyendo hasta 40% la productividad y 25% su contenido de sacarosa, al comer sus tallos junto con otros roedores, y los productores tienen que utilizar cebos envenados para tratar de contenerlas, pero poco efectivos.
Pero, la proliferación de ratas va en proporción a la matazón que hacen de víboras Nauyaca, Cascabel y Mazacuata principalmente de las cuales son su alimento.
Una víbora, como afirman especialistas, solo ataca a los humanos cuando la provocan; no persigue ni acecha, solo se defiende; entonces lo único que hay que hacer es respetarlas cuando son detectadas y recordar que su presencia es necesaria en el ecosistema para controlar los nocivos roedores.
Creo que tenemos que irnos olvidando un poco del relato bíblico en el Génesis contra la serpiente por haber hecho a Eva consumir el fruto del árbol del bien y el mal que Dios prohibió no comer, y encima hasta le invitó a Adán, cuando el Creador le dijo: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón”, le dijo Dios a la serpiente después de que Adán y Eva comieran del fruto prohibido”.
De ahí parte la estigmatización de las serpientes, pero es cosa de interpretación.
La evidencia científica señala claramente que las víboras aportan más beneficios que perjuicios por ayudar al control de plagas del campo.
Por eso el Programa de Acción para la Conservación de las Especies (PACE) Serpientes de Cascabel o (Crotalus spp.) del Gobierno Federal, queconstituye la plataforma de Conservación y Manejo de la Biodiversidad, de la Estrategia 2040 de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), para desarrollar e implementar programas de acción para la recuperación de especies en riesgo, es el esfuerzo para la protección de las serpientes.
Entonces, la próxima vez que se tope con una cascabel o víbora de alguna otra especie, piénsele bien antes de matarla o atraparla, porque sería como darse un tiro en el pie.