Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Julio 16, 2020
Al paso que vamos en San Luis Potosí, respecto de la acelerada propagación de contagios del coronavirus no es remoto que en poco tiempo la ciudad se convierta en un escenario parecido al lugar en que se desarrolla la novela del premio Nobel de literatura 1998, el portugués José Saramago llamada “ensayo sobre la ceguera” en la que todos los habitantes, con excepción de la heroína pierden la vista y se ven obligados a tratar de vivir, primero, y luego sobrevivir en esa condición de ciegos sin causa clara los que después de pasar por cuarentenas búsquedas del remedio para el mal internamientos prolongados y largos peregrinajes para reconstruirse socialmente se ven obligados a reconstruirse como sociedad sin poder encontrar la cura por sí mismos.
La relación de la situación que vive SLP con la novela del gran escritor lusitano se nos vino a la mente porque los potosinos si bien no están padeciendo una ceguera súbita pareciera que es un mal generalizado por la falta de visión de todos por cuanto al peligro que se corre de contraer el Covid cuando menos se espere por no tratar de protegerse siguiendo las elementales normas sanitarias dictadas por las autoridades médicas cuando salen a la calle lo que hace pensar que andan como los habitantes de la ciudad en la que se desenvuelve la novela citada ciegos y totalmente expuestos a que el mal los atrape y a que se llegue al extremo de que no habrán centros hospitalarios para ser atendidos como ya ha empezado a ocurrir en algunos lugares como Ciudad Valles y la saturación de hospitales privados en la capital además de que al ritmo de contagios que se registran en poco tiempo se agotará la existencia de camas para enfermos avanzados pues de las 900 disponibles inicialmente el 40% está ocupado y los potosinos siguen sin entender que cuidarse es un asunto de vida o muerte y que, si bien en la obra de Saramago el mal que provocó la ceguera en todos desapareció espontáneamente, en lo que hace al coronavirus no es una ficción sino una amenaza letal que todavía se llevará a muchos por delante y salvo que todos nos ocupemos en cerrarle el paso podría permanecer mucho tiempo más entre nosotros y peor si no nos despojamos de la ceguera que nos impide ver el peligro mortal que representa.
CABOS SUELTOS
Acertadísima la medida de prohibir que usen el transporte público quienes no lleven cubrebocas y que al subir se les proporcione gel antibacterial en prevención de contagios del Covid-19…En el congreso del estado, como siempre pasa con los asuntos importantes que tratan los diputados ya se les hizo bolas el engrudo con la terna para sacar al fiscal anticorrupción, no dan una.
