Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Julio 05, 2020
Por esa inexplicable compulsión de romper las normas sanitarias impuestas por la pandemia del Covid-19 que aqueja a los miles de potosinos que diariamente salen a la calle sin la menor protección ante un eventual contagio están a punto de lograr que San Luis Potosí vaya para atrás como los cangrejos y se determine que el estado cambie de color en el semáforo epidemiológico y pase del actual naranja para regresar al rojo de máximo riesgo con lo que se invalidará lo que se ha ganado en el combate a la propagación de la enfermedad.
Como se recuerda, luego de que el estado permanecía en color rojo que es el máximo nivel de riesgo por los resultados obtenidos en la contención del coronavirus el pasado 22 de junio, las autoridades sanitarias acordaron que se cambiara al color naranja que, aunque es de riesgo alto permitió el inicio de las actividades escalonadas en diversos rubros como el industrial lo que supuso el inicio del regreso a la nueva normalidad pues, además se autorizó la reapertura de hoteles restaurantes, cafeterías peluquerías y el ingreso de una persona por familia a los centros comerciales así como la reanudación de actos religiosos en las iglesias.
Sin embargo, todo lo logrado puede irse al cesto de la basura de mantenerse los niveles de movilidad en la entidad lo que a su vez provoca el aumento de enfermos positivos y, como consecuencia el incremento en el número de hospitalizados que es uno de los puntos principales por el que otros estados hayan vuelto al color rojo después de haber alcanzado el naranja como le podría pasar a SLP de no frenarse la tendencia alcista de nuevos casos positivos en cantidades alarmantes como lo muestra el hecho de que entre el 28 de junio y el 5 de julio se registraron 705 nuevos casos.
Así entonces, como ya lo advirtió el gobernador Juan Manuel Carreras López, San Luis puede perder el naranja si no se contienen los contagios y los hospitalizados para retornar al rojo que implica la suspensión de la mayoría de las actividades que se han reabierto y en una de esas hasta se ordena el regreso a una nueva cuarentena como ya les pasó o está a punto de pasarle a otras entidades que regresaron al rojo luego de perder el naranja como Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz lo que resultaría una verdadera injusticia para los miles de potosinos que sí han respetado el distanciamiento social manteniéndose confinados por más de tres meses contribuyendo así a frenar la propagación del virus.