Somos presas de nosotros mismos

Dr. Jaime Chalita Zarur

Octubre 17, 2020

En México no se pueden profanar los símbolos Patrios o, debería decir: ¿no deberían ser profanados? Todo lo referente a nuestros Símbolos de identidad mexicana: el Himno Nacional, La Bandera Mexicana y El Escudo Nacional son temas del Estado Mexicano.

Cualquier persona que ame a nuestra Patria tendría que vigilar el respeto que debemos guardarles. Representan nuestra Patria, la unidad con la que deberíamos actuar en su defensa y respeto. ¿romántico? ¿pasado de moda? Quizá. Me parece que ahí está la resolución de muchos de nuestros problemas en sociedad y lo que hemos permitido que hagan con nosotros.

No estoy seguro que los mexicanos estemos enterados cómo cuenta el respeto de lo que nos da identidad como Nación, desde la sociedad civil, hasta los encumbrados en el ejercicio de la política.

El descaro, la mezquindad, las ansias del dinero y, lo insaciable por el poder público, por decir lo menos, tienen a nuestro País, como uno, aún, de los que más corrupción ejerce cada día. Somos presas de nosotros mismos.

Nuestros Símbolos Patrios, los mismos que representan mundialmente a nuestro País, están siendo mancillados por quienes así lo permiten. Es El Estado Mexicano quien tiene la potestad y la fuerza para cuidar su respeto pero, igualmente las buenas prácticas desde la sociedad, harían su parte.

Si Usted piensa que lo peor nos está sucediendo, esperemos a que vengan de plano los tiempos electorales, en donde veremos una lucha feroz y descarada por las mismas personas que con descaro pedirán, otra vez, nuestro voto y que han jurado defendernos pero que, no lo han hecho. Pero aún, habrá personas que los defiendan por pingües cantidades.

La burla y traición a la sociedad ha sido monumental. Aun así, “honran” nuestra Bandera Nacional y cantan nuestro Himno Nacional pero, sin detener robos, asesinatos, violencia, feminicidios y, más por decir lo menos.

Serán en su inmensa mayoría de los mismos que han estado colgados del sueldo público, desde luego honrosas excepciones habrá pero, en su mayoría, innombrables, que se han enriquecido a costa de dejar sin recursos a quienes necesitan y por ello es conveniente mantenerlos así, para que luego con limosnas electoreras, comprar la miseria que ellos mismos ocasionan y, mantienen para comprar consciencias y ganar votos ilegítimamente.

Donde quedó el juramento y promesa para defendernos representándonos, donde quedó el amor a la patria.

El civismo, en desuso, debería ser aprendido y puesto en práctica por quienes nos quieren representar, igualmente para quienes vivimos y compartimos el espacio Nacional. El reto es enorme, lo práctico, lo cómodo, sin tener en cuenta a los demás, nos sacrifican y victimizan.

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