Este 11 de julio se llevó a cabo la exhibición de fin de cursos de los talleres del Centro de Bienestar Familiar (CBF) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), un espacio universitario de labor constante en beneficio de la comunidad.
El evento reunió a estudiantes, docentes, familiares y autoridades universitarias, y contó con la presencia de la doctora Patricia Arce Villalobos, presidenta de las Damas Voluntarias, así como del Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, rector de la UASLP. Ambos recorrieron los distintos módulos donde las y los alumnos presentaron sus logros adquiridos durante el semestre, en disciplinas tan diversas como plomería, electricidad, belleza, computación, panadería, repostería, nutrición, pintura, primeros auxilios, corte y confección, entre otras.
Durante su visita, la doctora Arce Villalobos destacó que actualmente se ofrecen 13 talleres activos que operan principalmente para trabajadores universitarios y sus familiares, aunque también se abren al público general en caso de haber cupo disponible. “Este proyecto ya tiene casi 40 años, se ha ido modificando con el tiempo de acuerdo a la pertinencia de los contenidos. Algunos talleres han dejado de ser necesarios y han surgido otros más acordes a las necesidades actuales, como plomería, electricidad y soldadura, que son recientes incorporaciones y han sido muy bien recibidas”, explicó.
La doctora también compartió que en cada semestre participan cerca de 620 personas de distintas edades, desde jóvenes hasta adultos mayores, quienes acuden en distintos horarios que van de las 09:00 a 20:00 horas. “Prácticamente todos los talleres están llenos. Computación, cocina internacional, panadería y repostería tienen una gran demanda, así como los de nutrición y pintura, donde ya se ofrecen técnicas como óleo, además de acrílico y acuarela”, señaló.
La exhibición se convirtió en una verdadera fiesta de saberes y oficios. Cada stand permitió a los visitantes conocer y apreciar las habilidades desarrolladas por las y los participantes, desde aplicaciones prácticas como cortes de cabello y tratamientos faciales, hasta degustaciones de alimentos nutritivos, panecillos, platillos internacionales y refrescantes aguas frescas y con gran aceptación, una paella tradicional. En el área de pintura, las obras presentadas reflejaron la creatividad y técnica desarrollada por los alumnos a lo largo del curso.
Más allá del aprendizaje técnico, el evento también resaltó el valor emocional y social de estos espacios de formación. En palabras de la doctora Arce, “el objetivo de los talleres es mejorar la calidad de vida de los trabajadores universitarios y sus familias, ya sea desde un punto de vista económico, emocional o psicológico. Muchos encuentran aquí no solo un nuevo conocimiento, sino también una terapia ocupacional que impacta positivamente en su bienestar”.
El Centro de Bienestar Familiar se ubica en la esquina de las calles Francisco Peña y Benigno Arriaga, sin número, y continúa abierto a la comunidad universitaria con una oferta que combina inclusión, actualización y compromiso social. La exhibición de fin de cursos no sólo mostró el esfuerzo de los participantes, sino también el impacto transformador que puede tener la educación cuando se acerca a las personas con pertinencia y empatía.