Trauma Vicario, la pandemia invisible

Toño Martínez

Julio 11, 2020

Por salud emocional había tomado la decisión de reducir al mínimo temas relacionados con el Coronavirus, no por restar importancia a la pandemia de dimensiones colosales, sino para no contribuir a despedazar más  los nervios  e inestabilidad psicológica que el bombardeo de noticias en redes y medios provoca entre la población.

Pero, como una vertiente del compromiso social del periodismo es orientar y contribuir a llevar esperanza en momentos de  crisis, considero obligatorio hablar de un problema que trae aparejado el COVID, por las consecuencias que arrastra, y es el Trauma Vicario.

Se trata de una condición emocional que está causando estragos tanto entre quienes están en primera línea de prevención y atención hospitalaria a  enfermos, hasta funcionarios de Gobierno involucrados, periodistas, organizaciones cupulares de la sociedad y a la población en general.

Enemigo invisible pero devastador, el Trauma Vicario se manifiesta en irritación, explosiones de ira, insomnio, dolor de cabeza, sudoración, ansiedad e inquietud difíciles de dominar porque no sabemos ni que nos pasa pero sufrimos.

Una de las manifestaciones más graves del trauma se está dando con mayor frecuencia entre televidentes, radioescuchas y amantes de las redes sociales por la cantidad de información sobre el Coronavirus que reciben las 24 horas del día, que los llena de miedo e incertidumbre.

Esa exposición a noticias sobre la pandemia pulveriza al sistema emocional y nervioso y se traduce en actitudes  como, violencia familiar, agresividad, disputas, incompatibilidad con los demás, enojarse por todo y pesimismo.

Esos síntomas del Trauma Vicario se acentúan cuando esa ansiedad e irritabilidad perduran todo el día y se dejan de hacer las cosas habituales.

Cómo explica el  doctor Juan Carlos Hurtado Vega, director de la Clínica de Bienestar Universitaria, de la Universidad Iberoamericana, el Trauma Vicario puede llegar a ser discapacitante sino se busca ayuda psicológica o psiquiátrica cuando está escapando  de control.

El trauma puede causar que las personas en confinamiento por largo tiempo como ahora que obliga la pandemia a permanecer en casa, es que se puede caer en pavor por salir.

La gente teme que estar en la calle o hablar con otras personas  los puede contagiar y ni a la banqueta se atreven a llegar.

Además de buscar ayuda profesional contra el Trauma Vicario, pueden  tomarse medidas personales para superarlo, como  comenzar a barrer la calle; luego ir a la tiendita conservando las medidas de precaución, caminar evitando donde haya concentraciones, el lavado constante de manos y usar cubrebocas.

En cuanto al personal de contacto con enfermos, entender  que si un paciente muere no se pueden culpar por ello, y  valorar que están haciendo lo correcto y necesario. La impotencia no los debe dominar.

Los periodistas  interesarse por abordar otros temas noticiosos o de opinión, claro, sin dejar de lado llevar información relevante de la pandemia al público pero sin afanes sensacionalistas.

Una observación del doctor Hurtado Vega, es no preocuparse de sentir miedo, porque este es normal y sirve para ponernos  en alerta frente a amenazas o peligros,  siempre y cuando no llegue al extremo de la  psicosis.

El enemigo invisible, Trauma Vicario,  puede ser peor que la pandemia sino reaccionamos adecuadamente para superarlo