Miguel Ángel Guerrero Arriaga
El 13 de marzo del 2020 empezó un auténtico viacrucis para los potosinos que se prolongaría durante los siguientes tres años pues fue la fecha en que se detectó el primer caso de contagio del coronavirus detonando la pandemia que hasta fecha ha provocado la muerta de más de tres mil personas de todas las edades y estratos sociales en una penitencia que hasta la fecha no ha dejado de azotar al estado y sus habitantes.
Aquel día las autoridades sanitarias informaban que se había detectado el primer contagio en una mujer que había llegado de un viaje a España y otras ciudades de Europa, caso que vino a detonar la pandemia en territorio potosino.
Todavía se recuerda que ante la alarma que causó el anuncio de la llegada del coronavirus mucha gente lo recibió sin darle la importancia debida con todo y que las autoridades de salud empezaron a diseñar las medidas sanitarias obligadas para protegerse del contagio que rápidamente cobró víctimas y que el día 25 de ese marzo causó la primera muerte de un enfermo la gente continuó llevando su vida con normalidad como si no existiera peligro alguno para salud.
Un poco más adelante se integraría el comité estatal para la seguridad de la salud que llevaría el registro de los casos y encargado de delinear las estrategias de protección para el grueso de la gente entre las que destacó el confinamiento voluntario, la sana distancia y, principalmente el uso del cubrebocas medidas que una inmensa mayoría desdeño al optar por seguir con sus actividades lo que dio paso a un gran incremento de contagios que a su vez obligaron al cierre de empresas y comercios en un esfuerzo por contenerlos incluyendo la suspensión de clases en todos los niveles hasta llegar a las clases en línea en la universidad y escuelas de preescolar y primaria lo que no evitó que los reacios a protegerse rechazaran las medidas provocando que las defunciones y contagios diarios se contaran por decenas en el primer caso y por centenas en el segundo práctica negativa que no ha dejado de presentarse especialmente en la que se refiere a abstenerse a acudir a sitios donde haya aglomeraciones.
Afortunadamente, en el 2021 se descubrió la vacuna contra el covid y el gobierno gallardista se movió con celeridad y eficacia ante el gobierno federal logrando el pronto envío de grandes remesas de vacunas que de inmediato se empezaron a aplicar propiciando que a mediados del 2022 ya estuviera inmunizado algo así como el 90 por ciento de los potosinos susceptibles de recibirla.
Aunque del año pasado al que está en curso ha habido altas y bajas en el registro de contagios frente a etapas en que han disminuido se ha llegado al grado optimista de establecer como opcional el uso del cubrebocas como hasta la fecha la medida está vigente.
Lamentablemente, es evidente que la pandemia no se ha erradicado como lo demuestran las muertes recientes por contagio de adultos mayores y hace dos o tres semanas de un bebé de dos meses de nacido en un claro indicativo de que la pandemia sigue al acecho y un descuido ante el riesgo de contagio puede ser fatal.