Toño Martínez
Abril 18, 2020
Precisan ser atendidos con urgencia.
Previstos pero no atendidos como corresponde al grado de riesgo que representan, están ocurriendo tres factores de la expansión del Coronavirus que involucran a ciertas empresas e irresponsabilidad de ciertos grupos de personas.
El primero es que las tiendas de «abonos chiquitos» como Elektra, Famsa y Coppel especialmente, así como casas de préstamo no han bajado su nivel de cobranza a clientes y día a día, desde antes de abrir incluso, hay personas formadas sin guardar la sana distancia para ingresar provocado por las rígidas condiciones de cobro de tales establecimientos y los elevados intereses moratorios que aplican por tan solo un día de atraso en los abonos.
Este formato lleva de paso a que maquillan el acatamiento de la recomendación del sector salud y el Gobierno para que su personal se quede en casa, y son prácticamente obligados a asistir por el temor de ser despedidos.
Aquí entra otra falta grave de tales empresas en cuanto a los derechos laborales, pues sus empleados de contacto con cobros trabajan jornadas hasta de 10 horas al día sin compensación extra.
Otro riesgo que no ha sido debidamente controlado y se da especialmente en el medio rural, es el flujo constante de jornaleros que regresan de ciudades fronterizas no solo por autobús sino de «Ride» o en autos particulares como Monterrey, Ciudad de México, Guadalajara y otras con alta presencia de COVID19, por cese de actividades, y buscan empleo en ranchos, albañilería o en alguna actividad comercial sin garantizar que no puedan ser portadores del virus.
El tercer factor persistente y que fomenta la amenaza de dispersión de la pandemia es el transporte público urbano que en el interior del Estado no se ajusta a la norma obligatoria de distanciamiento entre usuarios porque los autobuses van repletos de pasajeros sentados y de pie.
Hay madres con hijos pequeños apretujados, ancianos del grupo de mayor riesgo, embarazadas; de todos ellos ni el 1% utilizan cubrebocas.
El esfuerzo extraordinario que realizan el Gobierno de Juan Manuel Carreras López, la Secretaria de Salud, el Comité Estatal para la Seguridad en Salud, y el Consejo Científico de Apoyo, así como el personal médico de cada institución de salud para mantener a San Luis Potosí con la curva achatada de la epidemia, se ve empañado por el descuido de los grupos y empresas que siguen incurriendo en prácticas de peligro para que se extienda el del COVID 19.
Vamos bien, repito, San Luis Potosí mantiene baja presencia del Coronavirus, no lo echemos a perder porque en ello va nuestra salud, de los seres queridos y hasta el riesgo de muerte.
Tapemos los agujeros que cosas así abren en la barrera de freno al virus.