Al referirse a la alerta generada en el país por dos fallecimientos a causa de rabia en personas, el M.V.Z. Daniel Ramírez Badillo, docente en Salud Pública e Inocuidad Agroalimentaria de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), señaló que la situación actual no es extrema, aunque la sociedad debe asumir las medidas preventivas necesarias con los animales y mascotas.
Explicó que cualquier mamífero puede transmitir la enfermedad, aunque los más susceptibles son perros y gatos. Por ello, recalcó la importancia de la vacunación antirrábica como la principal medida de prevención, dado que se trata de una enfermedad zoonótica mortal que, una vez manifestada, no tiene tratamiento.
En relación con los casos recientes, precisó que ocurrieron en ambientes silvestres: en Zacatecas, a partir de un zorrillo, y en Jalisco, por una vaca posiblemente contagiada por murciélagos. “Ambos sucesos están vinculados al contacto con fauna silvestre”, puntualizó.
Sobre los animales domésticos, especialmente perros y gatos, Ramírez Badillo exhortó a la población a mantener vigente la cartilla de vacunación, acudir al veterinario y dar seguimiento a las campañas preventivas. Advirtió que, en ocasiones, los dueños permiten que sus mascotas salgan sin contar con esquema completo de vacunación; esto favorece el contacto con perros o gatos callejeros, lo que puede derivar en peleas o heridas de riesgo.
Subrayó que, si la mascota regresa con lesiones, es necesario llevarla de inmediato a revisión para descartar exposición y verificar la aplicación de la vacuna antirrábica. Ignorar este paso representa un riesgo de contagio.
En el caso de una persona atacada por un animal, recomendó acudir sin demora a un médico o Centro de Salud, lavar la herida con agua y jabón durante al menos 15 minutos para reducir la carga viral, y activar los protocolos preventivos. Recordó que ni en humanos ni en animales existe tratamiento una vez instaurada la rabia, y solo la vacunación puede prevenir la enfermedad.
“Si se determina la necesidad de vacunar a la persona dependerá del tipo de exposición y la presencia de síntomas. Muchas veces se piensa que fue un contacto mínimo y se omite la atención, pero el virus puede manifestarse después”, advirtió.
Entre los síntomas iniciales de la rabia mencionó fiebre, dolor de cabeza, mareos, náuseas y fatiga. Insistió en que, aunque el contacto sea leve, es indispensable acudir a revisión médica para activar los protocolos y valorar la aplicación de la vacuna. Finalmente, aclaró que las aves no transmiten rabia, ya que la vía más directa de contagio es la mordedura.