Toño Martínez
Con una oposición descolorida e inmersa en dificultades para conciliar intereses entre su insuficiente militancia particularmente el PAN y el PRI, un partido artificial que sobrevive a expensas de la imagen de la presidenta Claudia Sheinbaum como es MORENA y gasparines del PT y PANAL y PRD, más los duendes de partiditos que husmean en cada proceso electoral donde haya carroña política para disputarse los pellejos, en San Luis Potosí solo una fuerza electoral es real, con pesos y medidas, con estructura de carne, hueso y un pedacito de pescuezo y se llama Partido Verde Ecologista Mexicano.
De este escrutinio que no pinta solo está también Movimiento Ciudadano de Marco Gama Bazarte, un político de hechura pero a la antigüita.
Ahora bien, el crecimiento exponencial del Verde Ecologista se debe a dos factores: el innovador ejercicio de Gobierno de Ricardo Gallardo Cardona por repartir obras, infraestructura y tareas sociales por todo el estado; el otro es la Senadora Ruth González Silva cuya figura fresca, empática y de notoria capacidad polariza seguidores hasta de militancia de otros partidos y de ateos políticos.
Peeero, como nunca falta un pelo en la sopa, Ricardo Gallardo mareado por el poder está tentando su estrella y comienza a cometer graves errores como su afán de monetizar hasta los eventos de cultura religiosa, en aras de meterle dinero a las arcas del estado; se ha vuelto irreverente y provocador y juega al reyezuelo utilizando cualquier herramienta para aumentar militancia al Verde y a la misma Ruth González.