Dr. Jaime Chalita Zarur.
Agosto 08, 2025
Entre el miedo, terror, engaño, fragilidad legal, polaridad social pero también, provocada por quienes son gobernantes, se destapa la egolatría, la avaricia, y la hegemonía de unos sobre otros, esto y más, es el transitar de las personas de bien que todos los dias trabajan para su sustento. Desde luego para la burocracia también.
¿Regresarán a sus casas vivos o, quizás con sus pertenencias completas? La pregunta que nos hacemos. Lo cotidiano nos ha quitado el interés. Nada se puede hacer en la indefensión física, estamos sobrepasados de lo que podemos hacer por los demás y, no se diga de la autoridad que aún cuando se han hecho esfuerzos por dignificarlos, seguimos atrapados en las garras de lo que se dice legal.
¿Asombro, decencia, solidaridad? Solo en las desgracias. Lo impersonal nos ha ganado y ahora la libertad de expresión se limita o, desaparece, aún cuando los reclamantes son los ofendidos pero, el poder revierte tal situación para humillarnos y solicitar disculpas a quienes nos ofenden con sus actos, cada día.
Antes solíamos decir que el último reducto de nuestra seguridad es el Ejército Nacional Mexicano, para mí lo sigue siendo, solo que ellos combaten con sus vidas a los malosos y, no se encargan de la administración de la justicia, son otros que se presumen independientes en el poder federal que quizás les quede muy amplio.
Buscando alguna salida para nosotros, lo que trabajamos para sostener nuestra amada patria, encontré a algo que nos pueda servir. Con o sin razón el movimiento del 68, que me tocó vivir, fue el parteaguas para conquistar nuestras libertades; había vocación cívica, hoy casi desaparecidas. Prohibido, prohibir, expresa la Presidenta de Mexico pero claro eso, no es así.
Hoy creo que el único elemento que pudiese salvarnos de las limitaciones impuestas paulatinamente, es lo que llamamos “la opinión pública” se dice fácil pero es realmente complicada, pues cada perdonas tiene sus necesidades que cubrir y de ello se aprovechan algunos.
Cortinas de humo; pleitos de culpas de unos a otros, en el atascadero de acciones de hurtos y corrupción. Que pena.
Alzar la voz de las personas en el reclamo de lo conquistado, es legítimo: un país en paz, con seguridad y desde luego no buscar héroes en otros países en la desesperación, que orilla a buscar en otro lado lo que como hombre y mujeres tenemos que defender: nuestra patria.
@jaimechalita