Toño Martínez
Marzo 19, 2019
Oye Chago, que nantenehua los políticos jijos de la … nu crees?; ya empezaron otra vez a joder
Ya vites Chago, te fijates quenes anduvieron ayer por la comunidá?
Entovía no salía el sol y hay taban con su cara de güenas gentes y un quimil de cosas pa que les convidáramos un café porque querían decirnos qui ora sí, nos iban a dar josticia y harta comida, dinerito, qui ora si nos iba a ir requeté bien con.. con, ese que le dicen pescao, peje o algo ansina.
Es lo mesmo de siempre Chago, nos queren ver la cara de güeyes pa tenernos como ichkamel hechos bola; algo queren pero tengan (señal obscena con la mano ), qui si jodan y por mi parte que nantenehua.
Ansina mirito Jacinto, esos poléticos numás se acuerdan diuno cuando les llega el calenturas de las elecciones o cuando se les ocurre cualquier tarugada dizque pa mejorarnos la vida, pero ya ta gueno, tan bien aumpaneuac si piensan que nos van a hacer xolopitli.
Chago y Jacinto de la etnia náhuatl, se encontraron en el camino entre Tanlajás y El Barrancón en Tanlajás, y tras el cualli tonantzi apenas rozándose las manos, parados bajo un árbol para sombrearse y sin mirarse de frente como es característica del indígena, comenzaron a platicar con un español mocho y palabras de su lengua.
Ya vites Jacinto, le dijieron a la Reynalda qui pos cuantos kokoni tenía, quesque pa apuntarlos pa darles vacas o becas pastudiar y a ella para que les diera de comer más güeno.
Que ora si había un güen gobierno con el pescao y que ya no iban a dejar que siguiéramos de pobres, que nos defenderían del frasques o frakin y que nos quitaran las tierras y que ora si, íbamos a tar felices y contentos.
Yo nomás taba viendo la mula qui tengo amarrada en el tamarino, y al burro que se puso a rebuznar porqui hasta ellos se burlan de esos poléticos mentirosos, ni ellos les creen.
Le chifle a la Reinalda pa que se metiera al jacal y ya no la dejé salir hasta que se fastidiaron y se largaron.
Ora vas a ver, contestó Chago, qui a mi me agarraron cuando me taba bajando de la camioneta onde me jui a Valles pa vender pemuches y chili piquin, también pa lo mismo: qui nos iban a dar pensión qui nos darían más por las verduras, qui íbamos a tener medecinas en la clínica, qui nos prestarían dinero y que vendrían a enseñarnos cosas; numbre has de merita cuenta que casi nos harían otra gente, ricos.
Güeno, esos creen que seguimos siendo los mesmos xolopitle que íbamos a a tar con el hocico abierto creyendo sus mentiras, qui si larguen a nantenehua , a poco no.
Da curaje Jacinto, da moncha muina que al indio lo sigan viendo numás como mono de circo, pa hacer lo que queran y aluego salir en el televisión como santos que nos queren, si, si nos queren pero fregar.
Habíamos de poner troncos en el camino a las comunidades para que esos poléticos no entren, que nos dejen en paz, no somos su burla; nos vieron el cara moncho tiempo pero se acabó, hay que tener dignidá y curaje pa defenernos de los pájaros nalgones nu crees?
Jacinto y Chago se despidieron y cada cual siguió su camino, pensando en la realidad: que sus familias están en la miseria, que tienen que dedicarse a vender verduras y frutas de las bodegas de la ciudad para ganar unos pesos; que en sus casas hay pobreza, necesidad de muchas cosas y que solo ellos tienen que ver como sobreviven.
Nantenehua: Mentada de madre
Ichkamel: Borregos
Xolopitle: Menso
Aompanevac: Pendejo.
Kokoua: Hijos
Cualli Tonanzi: Buenos días