“Yo soy la ley; me quitan la reforma educativa“

Toño Martínez

Abril 17, 2019

Destapa AMLO su lado dictatorial y viola todo sustento jurídico; ordena reinstalar a profesores reprobados.

Por desgracia la inmensa mayoría de los mexicanos no tienen la capacidad analítica para entender los peligros que encierra un sistema de Gobierno basado en el populismo como el de Andrés Manuel López Obrador, que utiliza habilidosamente acciones de aparente beneficio social para deslumbrar y convertirse en un poder absoluto, capaz de pasar por encima de cualquier ley, sin que nadie proteste – o muy pocos-

Y es una lástima, porque de no corregir rumbos meterá a esa gran masa popular que ahora lo venera casi como semi dios, en un agujero negro inmenso de consecuencias insospechadas.

Ayer dio – una vez más – ejemplo de lo que esconde detrás de ese imagen de cruzado para liberar al país de la corrupción, la desigualdad pobreza e injusticia, cuando mediante un memorándum ordenó a la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, al de Hacienda Carlos Urzúa y al de Educación Esteban Moctezuma, ignoren, desconozcan la Reforma Educativa que dejó Enrique Peña Nieto – plenamente vigente porque no ha podido concretar la suya propia-; pero no para en “recomendar” desobedecer su contenido, sino que abarca que deberán reinstalarse los maestros que reprobaron las evaluaciones –pobres niños-, liberar a los que están presos por haber cometido delitos durante protestas, e indemnizar a familiares de quienes hayan fallecido en esa lucha contra la Reforma Educativa.

Concretamente, el presidente con ese memorándum, perdona y alienta a los docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para que sigan con sus acciones radicales que los ha llevado a secuestrar al mismo Congreso porque no cede a sus caprichos de aprobar una reforma a su gusto.

El documento de Andrés Manuel, desde el punto de vista legal no tiene validez jurídica alguna como confirma el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia José Ramón Cosío.

Es, como señala, fácilmente impugnable y anulable.

Andrés Manuel está obsesionado con ser la única ley, el único poder que decida qué hacer y qué no hacer con México.

Donde está el compromiso que hizo en campaña en relación con que todos sus actos estarían sujetos en la Ley. “Nada por encima de la Ley” pregonaba.

Con todo y los defectos que le quieran colgar, la Reforma Educativa de Peña Nieto está viva, no ha sido cancelada porque no existe otra.

El Congreso de la Unión ha tenido que suspender los debates sobre la reforma que impulsa López Obrador, porque los de la CNTE se niegan a aceptar todo aquello que no convenga a sus torcidos intereses como es la venta de plazas, acumulación de contratos, ganar sin trabajar, obtener bonos hasta para ir al baño, traficar espacios y muchas cosas corruptas más.

Nunca mencionan en sus demandas el poner primero a los niños y jóvenes en primer término, como mejorar las escuelas, capacitarse, garantizar una preparación profesional adecuada, en dejar la ambición del dinero fácil y ofrecer apostado educativo.

Donde deja el Articulo 49 de la Constitución Mexicana que establece la separación de poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; el mismo que fija que ni siquiera dos pueden quedar en manos de una sola persona.

El mismo que claramente dice que el Poder Legislativo no puede caer en una sola persona salvo cuando se den condiciones definidas en los Artículos 29 y 131.


El primero se refiere que el Ejecutivo podrá tomar decisiones por encima del Congreso cuando se perturbe la paz pública; el segundo alude a que podrá también hacerlo cuando tenga que aplicar impuestos y el Congreso esté en receso.

No es el caso en la medida que acaba de tomar con el dichoso memorándum, y cuidado, porque si ya también puso en mal a las Secretarías de Seguridad, Hacienda, Comunicaciones y Transportes y de Bienestar descalificando sus datos para afirmar que solo él tiene los verdaderos, ni pizca de duda que está en proceso de convertirse en un dictador donde será el único dueño de la verdad, y del poder.