Miguel Ángel Guerrero Arriaga
Abril 30, 2020
A pesar de que el arribo del doctor Alejandro Zermeño a la rectoría de la UASLP se enmarcará en la terrible pandemia de coronavirus que padece el estado y el mundo en general lo hará con la satisfacción de haberla conquistado con todo y que tenía muchas cosas en contra empezando porque todavía hace tres meses no tenía la seguridad de que el cargo se disputaría mediante un proceso con tintes democráticos, algo impensable en nuestra máxima institución ya sometida desde hace décadas a realizar el nombramiento del nuevo rector sujetándose a la tradición de que el saliente impondría su sucesor, para lo que evidentemente, al ya en vías de salida, Manuel Fermín Villar Rubio le tembló la mano hacer y dejar correr el tiempo con lo que le creció la ola de rebeldía e inconformidad contra el esquema tradicional antiguo de la imposición.
Queda claro que al arquitecto Villar se le complicó el escenario para dejar heredero cuando trascendió su propósito de involucrar como aspirante a la maestra Dolores Lastras pues el hecho exacerbó los ánimos inconformes contra lo que semejaba un “dedazo” y peor porque surgió cuando la rebelión del resto de los aspirantes era inocultable e inmanejable.
Desde luego, además de Villar, otro gran perdedor de este proceso fue el que era su secretario general Anuar Kasis al que tenía más de dos años placeando en todos los ámbitos como su seguro relevo lo que lo hacía según varios funcionarios universitarios comportarse como rector dándose aires de superioridad antes de tiempo que caro pagó con el resultado de esta transición.
Asimismo, Zermeño, decíamos vino a romper la tradición y el esquema de que la secretaría general de la UASLP era la antesala de la rectoría con las excepciones de los rectores que no pudieron impulsor a quienes tenían ese cargo, como José de Jesús Rodríguez y ni el mítico Alfonso Lastras pudo hacerlo.
Ya al asumir el cargo, el oftalmólogo empezará, inevitablemente el pago de las adhesiones que lo apoyaron para romper los esquemas arriba citados y llegar al despacho principal del edificio central de la UASLP y poner manos a las obras para iniciar con los cambios que se comprometió introducir a la institución principalmente en el asunto de los acosos y la transparencia del manejo de los recursos económicos incluyendo la auditoría en la materia de la administración de Villar lo que no necesariamente implica que llevará a cabo una cacería de brujas que luego propician que paguen justos por pecadores independientemente que no es bueno hacer olas en el arranque de su ejercicio y la contingencia del Covid-19 todavía impidiendo el regreso de los universitarios a las aulas.
