Ante la necesidad urgente de contar con más estudios sobre endometriosis, síndrome de ovario poliquístico, diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados —así como una comprensión integral de la menopausia—, la egresada de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Dra. Andrea Guadalupe Rodríguez López, desarrolla los primeros indicadores de salud menstrual de México desde el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La especialista es Licenciada en Biofísica, con maestría y doctorado en Ciencias Biomédicas Básicas, y cuenta con una especialización en salud reproductiva, sexual y menstrual. Actualmente realiza un segundo posdoctorado en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en el área de salud sexual y reproductiva. Asimismo, llevó a cabo una estancia posdoctoral de investigación y consultoría en el Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva de la OPS/OMS (CLAP/SMR). En 2012 fue reconocida con el premio Mujer Potosina del Año.
Sobre el proyecto que encabeza, destacó su carácter inédito.
“Es la primera vez que el país va a tener indicadores de salud menstrual. Vamos a ser los primeros; yo soy quien está desarrollando el proyecto y estoy muy feliz, porque nuestra intención es que la mujer transite este periodo de manera digna y placentera, y no tan violentamente como sucede ahora”, señaló.
La Dra. Rodríguez explicó que la salud menstrual continúa siendo un tema rodeado de tabúes. “Hoy por hoy ese tabú existe”, afirmó. Compartió que, en una reciente participación en la ONU con la Secretaría de las Mujeres, analizaron cómo en la nueva cartilla de salud femenina aún no se aborda el manejo menstrual.
“Si desde ahí está el tabú, ¿cómo no vamos a hablar del tema? ¿Por qué no podemos incluirlo en una cartilla de salud de la mujer?”, cuestionó.
Ante este panorama, subrayó la importancia de generar datos, visibilizar el tema y hacer entender a las autoridades sanitarias que la salud menstrual no se reduce a la disponibilidad de insumos o a las primeras lecciones que reciben niñas de 12 a 14 años.
“Se trata también de empoderar nuestro cuerpo, hablar de educación y hablar de inclusión”, puntualizó.
Fundadora de la organización para chicas OPC, la también activista afirmó que la salud menstrual no debe ocultarse ni estigmatizarse.
“Si una niña está en la escuela y necesita cambiarse una toalla sanitaria, no tendría por qué esconderse ni hacer una faramalla para hacerlo”, dijo.
Indicó que, a través de su organización y de la colaboración con organismos como el Grupo de Asesoras de ONU Mujeres México (GASC), el Grupo Asesor Científico y Técnico del Programa Especial de Investigación en Salud Sexual y Reproductiva de UNDP–UNFPA–UNICEF–WHO–World Bank, la Federación de Mujeres Universitarias (FEMU) y la Society for Menstrual Cycle Research, impulsan que las leyes garanticen que la menstruación forme parte de la salud sexual integral e incluyan también el reconocimiento y atención de patologías menstruales.
La especialista recordó con satisfacción su formación en el posgrado de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina de la UASLP. “Creo que ahí fue donde más disfruté hacer ciencia”, expresó.
Asimismo, destacó que lo más valioso de su formación fue aprender, bajo la guía de su asesora de tesis Dra. Leticia Yañez, a realizar intervenciones comunitarias, una labor que continúa hasta hoy. Próximamente trabajará en localidades de Villa de Reyes y Mezquitic para avanzar en acciones de salud menstrual.