El lenguaje “pedagógico” y la reforma -¿Revolución?- educativa

Prof. Constantino González Hernández (*)

Enero 10, 2024

Cotidianamente usamos múltiples lenguajes, vehículos para transmitir nuestros pensamientos, sentimientos y todo lo que nos es humano en los diversos contextos.

Las lenguas son patrimonio de los pueblos. Son construcciones sociales. Son productos de acuerdos tácitos que los hablantes de ellas han convenido para la COMUNICACIÓN E INTEGRACIÓN DE SU COMUNIDAD. ES EL TRONCO MÁS COMÚN DE UN CONGLOMERADO.

La lengua es social pero su uso es individual, regional, generacional y GREMIAL. Este uso particular de la lengua se denomina HABLA.

Cuando se desea colonizar o someter a un pueblo o comunidad dicen los cánones sociológicos y antropológicos de los conquistadores lo primero que hay que hacer es que olviden sus lenguajes.

Desde los Acuerdos de Chetumal en 1972, su capacitación en 1973 y su implementación en 1974 han pasado cincuenta años y cinco Reformas Educativas que podemos adjetivar como gatopardistas.

Los Neocolonizadores lo primero que hicieron fue quitarnos EL LENGUAJE O HABLA PEDAGÓGICO y a cambio nos bombardearon con nuevos tecnicismos gerenciales y una serie de EUFEMISMOS con el fin de ponernos una venda para que en las escuelas los profesionales de la educación anduviéramos como operarios de línea jugando a la gallina ciega dando de palos a tontas y a locas.

Nos dotaron de un glosario tecnócrata que vino desde la empresa, la fábrica con un sentido conductista a través de la Psicología Educativa conservadora, luego los eufemismos tan simples como que salones y aulas se convirtieron en espacios áulicos, o las simples y sencillas carencias y debilidades en pomposas frases fifís como ÁREAS DE OPORTUNIDAD.

Nos quitaron las pedagogías y las didácticas. Las Ciencias de la Educación con el adjetivo PEDAGÓGICA, la filosofía pedagógica, la sociología pedagógica, la antropología pedagógica, la epistemológica pedagógica, la teleología pedagógica, la ontología pedagógica, etcétera, etcétera, etcétera.

De profesionales con una misión social, humanista, trascendental se nos convierte en asalariados acríticos que olvidamos los conceptos del método del lenguaje o lenguas en la Didáctica Magna de Juan Amos Comenio.

Decía Comenio que las lenguas o lenguajes se aprenden como instrumentos para aumentar la erudición y comunicarla a otros. También señala en esa misma obra que el estudio de las lenguas [hablas y términos] debe ir paralelo al conocimiento de las cosas. Esto lo comento porque en cada reforma solo se repetía el discurso de novedad con la jerigonza de que “Ahora se dice así”. Y remata Juan Amós: “A fin de que aprendamos a entender y expresar tantas cosas como palabras. Pretendemos a formar hombres, no loros, como hemos dicho en el capítulo XIX, fundamento VI. (Párrafos de la Didáctica Magna de Amós Comenio.

Esta Reforma, -¿Revolución?-, Educativa sólo se puede entender, dialogar, comunicar cosas pedagógicas sí, solo sí manejamos el mismo código lingüístico, el del lenguaje pedagógico.

Educación y Pedagogía son para construir personas como lo postula el Artículo 3º Constitucional, eso requiere que dejemos atrás, muy atrás la corriente pedagógica de repetir modelos instruccionales, conductistas porque los individuos somos irrepetibles, diferentes no burdas copias de unos y otros.

Decía Piaget que Juan Amós Comenio al escribir su Didáctica Magna crea la ciencia de la Pedagogía y una técnica de la enseñanza, la Didáctica como disciplinas autónomas.

Y como toda ciencia y toda técnica tiene su lenguaje, su habla, su código, sus términos, sus palabras esenciales para EDUCAR.

la voz y el vocabulario pedagógico de los docentes son los instrumentos para proyectar el talento de ser Maestro.

Remato con una frase de Francisco de Quevedo y luego agrego un comentario como parangón:

“Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una”.

Vosotros Podéis tener pocas palabras pedagógicas que son como monedas de oro porque con ellas daréis conocimientos situados, significativos y profundos, en cambio podéis tener cientos de palabras tecnócratas, gerenciales y baladís de poca monta como el plomo cuyo peso es un lastre de la pedagogía bancaria.

(*) Jefe de Enseñanza en la Zona #04 Secundarias generales.