La cobardía digital y la falsa izquierda

Dr. Jaime Chalita Zarur

Julio 26, 2025

Mentiras: expresión o manifestación, contraria a lo que se sabe, se piensa o, se siente. (Real Academia Española)

La mentira es ya una industria muy rentable de lo público pero igualmente de lo privado. Los seres humanos no lo entendemos, pero vivimos en un mundo que sin quererlo, lo deseamos. Mientras nos mantenga “populares” que importa que el mundo caiga.

Falsedad de todas falsedades: redundancia que enfatiza la idea totalmente falta de la verdad o, autenticidad.

Pepe Mujica, un gran hombre de la verdadera Izquierda, que sirvió a su pueblo pero, igualmente al mudo en su agonía, despidiéndose con mensajes que él, esperaba que las personas cambiaran. Se admiró su valentía, su honradez, su humanismo pero, el ser humano jamás cambió.

El intento de izquierda en México es una falsedad; la ignorancia su principal arma, la mentira su instrumento. No se acabo la corrupción, no se término con la violencia, no se terminó con la pobreza y, si hicimos nuevos ricos, irónicamente llamándose de izquierda.

La cobardía de los anonimatos en redes sociales les han ayudado enormemente. Las diferentes plataformas con y, sin bots, columnistas contratados, igualmente “plataformas informativas” y algunos medios comunicativos contratados, han hecho de la mentira una industria muy rentable.

Los mensajes en estas herramientas, aparte de ser cobardes, resultan dañinas a la población que se ha dejado engañar tristemente por dinero que solo reactiva el día a día, sin siquiera pensar que el dinero se terminará algún día.

Terminar con la cultura del trabajo y el esfuerzo como logros de una mejor vida, no les es conveniente a estos de pseudoizquierda; se terminaría con la esclavitud de la pobreza, la que espera cada tres o seis años que se les llenen las manos a cambio de su voto.

Qué importa el gobierno que nos toque, que importa que nos despojen y limiten y nos fabriquen lo que les sea necesario para controlar lo que la sociedad requiere, lo importante es el desprestigio de quienes son diferentes en sus formas de pensar, y, desde luego el anonimato de la mentira o, el no decir directamente a quienes se les tiene que decir lo que se es. Cobardía es lo que se llama a esa acción de maledicencia. Para ello han usado y abusado las redes sociales.

Me refiero a las personas en el servicio público si, y peor, a los que desde sus perfiles públicos, pero que sostienen son “privados”, lanza improperios impersonales… también cobardes.

¿Esa es la relación social y el contrato gregario que requerimos?

Recurramos a los Sofistas.

@ jaimechalita