Ley miope pone en riesgo la autosuficiencia alimentaria

Toño Martínez

Octubre 14, 2019

Sequías devastan la producción de maíz y granos; pero Morena prohíbe aplicar la ciencia para hacerlos más resistentes.

Resulta inconcebible, que mientras el cambio climático devasta cada año a la producción de alimentos básicos en la dieta del mexicano, como es el maíz y frijol, y la ciencia responsable busca –y encuentra-, fórmulas para producir variedades híbridas de mayor resistencia a la sequía, calor y plagas, una nueva ley en el Senado propuesta por Morena – de donde más pudiera surgir-, prohíbe el uso de biotecnologías y abren la puerta a hambrunas terribles.

Aunque resulte difícil de entender, el pleno del senado aprobó la iniciativa presentada por las senadores morenistas Ana Lilia Rivera Rivera y Jesusa Rodríguez Ramírez para dar luz verde a la Ley Federal de Fomento y Protección del Maíz Nativo, en una parte de cuyo contenido y en un arranque de falsos redentores, más que de inteligencia y sentido común, establece que busca proteger y fomentar el maíz libre de Organismos Genéticamente Modificados.

Cualquier iniciativa relacionada con el uso de biotecnología para alterar cultivos alimentarios produce nerviosismo y, desconfianza tanto por ignorancia como por las experiencias negativas dejadas por empresas transgénicas como Mosanto que por intereses mercantilistas introdujeron innovaciones transgénicas en las especies nativas y generaron acusaciones de haber contribuido al surgimiento de cáncer en humanos, y daño a las plantas criollas.

Sin embargo, se ha pasado por alto explicar que investigadores del Instituto Politécnico Nacional como Beatriz Xoconostle del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, ha logrado extraordinarios resultados con genética de precisión, no uso de transgénicos –no es lo mismo-, en lograr plantas de soya con mayor contenido de proteínas, volver a la naranja, limón, algodón con mayor resistencia a las plagas.

Por su trabajo, la doctora Xoconostle ha recibido reconocimientos internacionales, pero no en México, y menos ahora con un gobierno de ocurrencias y pobre en conocimientos científicos.

Debe quedar claro que la genética de precisión es aquella que modifica el genoma de organismos vivos para agregar o alterar genes que propicien mutaciones controlables que los hagan más productivos, resistentes y nutricionales.

Un transgénico en cambio es un ser vivo creado artificialmente para insertar en plantas o animales genes de virus, bacterias, vegetales e incluso animales y humanos. Por ejemplo aplicarlo al maíz, producirán cultivos que generarían sustancias insecticidas o darles resistencia contra herbicidas.

Pero sus efectos en la salud humana y en maíz criollo pueden ser desastrosos.

Está en el debate no un juego para ver quien tiene la razón, sino garantizar la autosuficiencia alimentaria pero sin poner en riesgo la salud ni la preservación de cultivos naturales; que no nos enfrentemos a hambrunas terribles muy pronto porque las variedades actuales de granos son diezmadas por sequía y plagas, y que México no se vea orillado a aumentar las compras de granos a otros países porque nos volvería sumamente vulnerables frente a poderes políticos externos.

Fue muy claro el doctor Agustín López Munguía, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, al advertir que la citada ley, de aprobarse en la Cámara de Diputados a donde fue remitida, significaría retroceder un siglo en uso de tecnología para producción agrícola.


Está bien la defensa de las 64 especies de maíz originario de México, como el blanco, amarillo, rojo, azul, pinto y más; es el grano que nos da identidad nacional, que fue el eje para el florecimiento de las culturas ancestrales y sigue siendo la base de la alimentación.


Pero el Mundo cambió, el clima, los insectos se volvieron más resistentes a plaguicidas que exterminan enormes campos de cultivo en pocos días, hay menos agua, lo cual obliga a la búsqueda de opciones para producir más y mejores variedades que resistan tales condiciones.

Frente a ello, iniciativas como esa dichosa Ley del Maíz no harán más que condenar al país a mantener modelos tradicionales de conservación de cultivos que están fracasando.

Ni siquiera tenemos que recurrir a científicos de otros países para buscar soluciones pues México tiene gente capaz.

Ojalá la Cámara de Diputados sea sensata, visionaria y no permita que en aras de populismo perverso y engañoso, el país sea condenado a catástrofes alimentarias por leyes como la señalada que ni tienen bases sostenibles.