«Queremos paz, vivamos en paz»

Profr. Marcelino H. Martínez

Diciembre 2, 2025

Diciembre llega cada año como una pausa luminosa en medio del ruido cotidiano.

Es el mes en el que las familias se reúnen alrededor de una mesa para brindar, cenar, reír y reconciliarse. Llegan los abrazos esperados, los deseos sinceros y los propósitos que anuncian un nuevo comienzo. En estas fechas, los sentimientos nobles brotan con una facilidad casi mágica, como si el corazón encontrara por fin un respiro.

Pero, por encima de todos esos gestos, hay un anhelo profundo que se repite, la paz.

Paz en nuestras casas, en nuestras comunidades, en nuestras calles. Paz en un país que, muchas veces, parece olvidar que las divisiones y la polarización solo dejan heridas, atraso y dolor. Los discursos que separan, la violencia que se normaliza y los abusos que se multiplican siguen siendo sombras que oscurecen el espíritu de estas celebraciones. Por eso, este diciembre debería ser un llamado urgente a detenernos y mirarnos de frente, a entender que ninguna sociedad puede avanzar mientras viva enfrentada consigo misma.

Brindaremos por el amor, por la esperanza, por la vida. También por la nostalgia de quienes ya no están, los ausentes que nos enseñaron, con su partida, que cada abrazo importa y cada gesto deja huella. Estos días nos confrontan con nuestra propia vulnerabilidad, pero también con nuestra capacidad de sanar, de perdonar y de volver a empezar.

Son días de encuentros, con la familia, con los amigos, con la naturaleza que nos invita a respirar profundo, y sobre todo, con nosotros mismos. Diciembre llega no solo para cerrar un ciclo, sino para recordarnos que la paz no es un deseo que se escribe en una tarjeta; es un compromiso cotidiano. Empieza en el respeto, continúa en la empatía y se sostiene en la voluntad común de construir un futuro mejor.

Que estas fechas nos inspiren a vivir sin miedo, sin rencores y sin divisiones. Que la paz deje de ser un anhelo y se convierta en un camino compartido. Porque más que decir queremos paz, es tiempo de asumirlo plenamente, vivamos en paz, demos el abrazo del perdón, demos el paso para construir una nueva cultura de respeto y justicia en la sociedad.