Prof. Constantino González Hernández
Febrero 20, 2024
Todo tiempo es de cambios. Heráclito lo sentencia: “Nada es permanente, excepto el cambio”.
Pasar de modelos educativos a la llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM) implica entender este cambio como una verdadera Revolución Educativa.
Todo proceso educativo es de cambios constantes, unos sutiles, otros más marcados, muchos solo de formas, algunos más de fondo. Esta Reforma es mucho de forma, pero mucho más de fondo. Veamos:
Implica un ejercicio completo de democracia como estilo de vida; no solo dejar en el discurso la formación integral del ser humano sino ayudarlos a re-conformarse con un respeto irrestricto a la dignidad humana y a la libertad como elementos consubstanciales en la vida de todo ser humano.
Este cambio educativo se da en una transformación de las sociedades pos-modernas del primer cuarto de siglo XXI, cambian los contextos y las circunstancias y por lo tanto las relaciones humanas que entre ellas se dan.
Ya no podemos seguir con la falacia de que todo cambie, menos yo.
¿Los maestros -docentes, directivos y supervisores- debemos cambiar de piel?
Sí, y no solo de piel sino de mente. Una mentalidad acorde a los contextos y niños, niñas y adolescentes del siglo XXI.
El alma de lo anterior reside en cambiar las prácticas de enseñanza y aprendizaje en miles y miles de aulas.
¿Hemos realizado cambios en los últimos 40 años? Sí, la reforma de 1993 tanto en lo educativo como el lo administrativo con la Descentralización Educativa que fue más burocrática con intención de atomizar las protestas magisteriales. Luego 2006, 2011 -un auténtico gatopardismo para que todo siguiera igual, y la Mal llamada reforma de 2017 de evidente corte laboral.
Sin embargo dichos cambios no se revistieron de esfuerzos focalizados y sostenidos con una constante entre todos los involucrados.
Realmente los diseños de las Reformas educativas no han aterrizado en las aulas. Existe una brecha muy importante entre el piso de la educación básica y las políticas educativas, aunque se han impulsado diversas estrategias encaminadas a mejorar los logros educativos el éxito no ha sido posible a satisfacción debido a que es común que la cadena de transmisión esté rota en ciertos eslabones y es prudente reconocer la poca utilidad de las medidas de supervisión o inspección.
Luego, entonces veamos ¿Cómo debemos transformar la supervisión en acompañamiento? ¿Qué es el acompañamiento pedagógico? ¿Qué acciones anteceden al acompañamiento pedagógico? ¿Cómo se valora el desempeño de los docentes en los aspectos técnico y pedagógicos en el aula? ¿Qué relación existe entre el acompañamiento pedagógico y el rendimiento profesional de los docentes? ¿Cómo el personal directivo desarrolla el acompañamiento pedagógico en su centro educativo? ¿Cómo incide en la práctica docente el acompañamiento de los directivos?
Compañero, acompañar, acompañamiento comparten la misma raíz de compañía.
En un desglose léxico casi etimológico el prefijo co tiene un sentido de reunión; ~ panis, que significa pan; ~ia que denota cualidad. Estar o tener la cualidad de compañía es ser un conjunto de personas que comparten el mismo pan, este último ahora metafórico, que se puede traducir como propósito o finalidad.
Estar en compañía es estar con otros compañeros, estar acompañados, pero si es en una acción conjunta que se prolonga el verbo acompañar se convierte en el gerundio acompañando.
El acompañamiento es un sustantivo que nombra a la acción de acompañar y se define como un recurso para el fortalecimiento profesional de los docentes que se basa en la observación y la conversación entre dos docentes. El docente acompañado y quien lo acompaña.
El acompañamiento implica reflexionar acerca de lo que sucede con base en la observación y con el tamiz de la experiencia del observador puesta al servicio del compañero observado.
El acompañamiento en el proceso educativo, en la práctica docente, recibe el nombre de ACOMPAÑAMIENTO PEDAGÓGICO.
¿Cómo lo concebimos en sus propósitos, proceso y desarrollo?
El propósito fundamental es de carácter formativo compartido, el objeto en torno al cual se reflexiona y dialoga es todo lo que concierna a la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes.
El proceso de acompañamiento pedagógico NO es un ejercicio de supervisión.
El acompañamiento pedagógico ES un proceso que orienta y apoya a través del diálogo y reflexión conjunta sobre lo que acontece en el aprendizaje de los estudiantes.
El acompañamiento pedagógico NO es asesoría.
El acompañamiento ES una interacción donde se reconocen las potencialidades del acompañado porque ellos son los “especialistas” en su área de trabajo y su “conocimiento”, el objeto en torno al cual se acompaña.
El acompañamiento es un acto de alteridad.